Durante los meses estivales, las antiguas estancias de la zona muestran como es el día a día de sus tareas agrarias, con comodidades similares a las de las grandes urbes.
Quienes recorren la extensa ruta nacional 40 saben de sus disimiles escenarios que, en el sector de la provincia de Santa Cruz, se caracterizan por paisajes agrestes entre espejos de agua y pequeños cerros. Algunas estancias ofrecen sus servicios como valía extra de los circuitos turísticos.
Casi todas ellas se dedican a la producción ovina y vacuna, y comparten las costumbres del lugar con los visitantes. Dentro de ellas, las actividades al aire libre y los asados campestres son las más destacadas. Los apasionados por la pesca deportiva tienen en sus alrededores buenos ríos y lagos pesqueros en los cuales despuntar el vicio.
Casi todas ellas se iniciaron con la llegada de pobladores originarios que supieron zanjar las vicisitudes económicas y climatológicas propias de la región, que se evidencian aún en nuestros días.
Estancia La Angostura
Sobre el amplio valle del río Chico, y rodeada por una hermosa arboleda, encontramos esta estancia familiar en la vasta meseta patagónica santacruceña. Aquí los visitantes son recibidos con amabilidad sureña y se los invita a participar de las clásicas tareas de campo. Luego, a la hora de la comida, se comparte la mesa e historias con los dueños de casa.
Habitualmente, los anfitriones acompañan a caballo para conocer los alrededores o para salir a pescar y ofrecen sus especialidades culinarias. Son conocidos por las actividades de avistaje de aves en una laguna interior de la estancia y por las guiadas de pesca a excelentes pesqueros.
Estancia Laguna Verde
A primera vista nos impresionó el agreste y tosco entorno de la estancia, pero cambiamos nuestra visión cuando fuimos adentrándonos en su vasta extensión. La casi nula vegetación se equilibra con el confort de la casa principal y la cercanía con los apreciados pesqueros de ríos y lagos cercanos.
El reconocido lago Strobel ó Jurassic Lake es el mayor atractivo de la zona por el tamaño y cualidades de las truchas arcoiris que en él se encuentran. Llegan pescadores deportivos de todo el mundo en el intento por “pinchar” un buen ejemplar de esos salmónidos luego de pelear con los fuertes vientos y oleaje del lago. También se puede pescar en alguna de las 15 pequeñas lagunas interiores de la estancia.
El río Barrancoso se encuentra a 8 kilómetros del lodge y su caudal variable de agua de deshielo que llega desde la montaña es propicio para la buena pesca con mosca.
Algunos “extras” ofrecidos son las salidas en 4 x 4, los safaris fotográficos y cabalgatas que permiten conocer antiguas ruinas tehuelches y pinturas rupestres de alrededor de 6.000 años de antigüedad.
Estancia Los Ñires
La cercanía de la estancia con los cerros San Lorenzo, Pico Agudo y Huemul aseguran excelentes vistas de la cordillera. Sus dueños organizan caminatas y ascensos con guía de distinta complejidad hacia los cerros y cascada El Salto. Muy cerca, pero del lado chileno, se encuentra el lago Brown, que puede ser avistado desde la cima de los cerros.
Cuando el día termina, es momento de acercarse a los fuegos donde se asan carnes y corderos de acuerdo al estilo de la zona, mientras se comparte la charla y un buen vino.
Todas las estancias ofrecen un espacio de tranquilidad, donde se aprende a apreciar la naturaleza y la parsimonia de los pobladores que, habituados a la vida apartada, hablan poco pero saben más.
Estancia La Oriental
La estancia La Oriental está ubicada en el Parque Nacional Perito Moreno. Hay que andar un largo camino desde Gobernador Gregores y suele ser una alternativa durante el viaje a lo largo de ruta nacional 40.
Con muy pocas habitaciones disponibles, alojarse allí permite sentirse como en casa y son los propios dueños quienes se encargan de atender a sus visitantes. Ofrecen para ello las habitaciones del casco principal de la estancia o los alrededores, donde se puede acampar cuando el tiempo lo permite.
Algo que queda claro es que los que aman la naturaleza podrán observar animales y aves que no encuentran en otros sitios. Así, es común encontrar manadas de guanacos o enormes cóndores sobrevolando los cerros cercanos al lago Belgrano.
En un paisaje por demás agreste, se programan salidas a caballo, trepadas al cerro San Lorenzo (de 3.700 metros de altura) y también algunas salidas en vehículo permiten llegar hasta el lago Burmeister y los rápidos del río Lácteo.
Un buen cordero asado en un fogón patagónico bajo las estrellas puede ser una manera de terminar un día de campo como la haría cualquiera de los habitantes de la estancia.
Estancia Melenik
En medio del desolado paisaje precordillerano y con el majestuoso cerro San Lorenzo como marco, aparece la estancia Melenik, con su gran extensión de campo.
Además de ofrecer alojamiento, lo habitual es observar el trabajo diario de la estancia de acuerdo a la época del año: señalada, rodeo, encierro y cuidado de los corrales son solo algunas de las tareas habituales con vacas, ovejas y caballos. Todo se vive en directo, no por medio de un video o un programa de televisión.
La cercanía con el parque nacional Perito Moreno permite programar salidas a caballo o con vehículo para conocer el caudaloso río Belgrano, la meseta del Águila y la veranada.
En el casco de la estancia de tarde se ofrecen excelentes mesas de té. De noche, se puede disfrutar de los tradicionales asados campestres mientras se cuentan historias reales o no de tiempos anteriores.