Este frigorífico levantó sus instalaciones junto a otras existentes, uniendo toda su infraestructura con un muelle de cargas en la ría, a la que se accedió por una línea férrea.
En él se elaboraban productos ovinos seleccionados, que eran exportados a Europa. Los buques fletados desde Inglaterra traían carbón y regresaban con carne enfriada y subproductos ovinos envasados.
Al principio, año tras año, el personal para la faena era traído directamente desde la ciudad de La Plata, llegando a ocupar más de 400 personas muchas de las cuales se afincaron aquí para siempre.
La Swift pagaba cifras récord a los ganaderos que le entregaban sus haciendas, y fue indudablemente un factor de progreso hasta que el modernismo exigió otras variantes en materia frigorífica, hubo merma en la producción, sus instalaciones se cerraron, sus máquinas cesaron de trabajar, frenadas por el martillazo final del remate.