Los limpios cielos patagónicos nos permiten disfrutar de una actividad apasionante: sobrevolar tierra firma y su punto de unión con el mar fue como observar el mapa desde lo alto.
Se trata de una experiencia única que incluye un recorrido por el aire magnífico e inolvidable sobre la zona de los volcanes, la estepa patagónica y el Estrecho de Magallanes.
Aunque parezca un tanto peligroso, no hay que sentir miedo porque los pilotos que realizan este tipo de vuelos poseen una enorme experiencia y conocen los vientos de la región perfectamente.
Así es que para emprender esta aventura nos comunicamos con uno de los prestadores turísticos.
Muy amablemente nos explicaron todas las medidas de seguridad para realizar este espectacular paseo.
El paseo arrancó en el aeropuerto local, desde donde suele partir esta clase de vuelos. Sin perder tiempo, los guías pilotos (con gran conocimiento de la historia, las características particulares y los antecedentes de la zona) nos llevaron a recorrer Río Gallegos desde el aire, un viaje por el maravilloso cielo patagónico.
La travesía nos permitió ser testigos de una belleza inigualable. Pudimos observar varios puntos turísticos alucinantes: el famoso Estrecho de Magallanes, la estepa patagónica y la impresionante zona de volcanes.
Uno de los primeros puntos que vimos fue la ría de Río Gallegos. Este lugar posee una geografía realmente muy llamativa y está rodeado de barcos pesqueros que le otorgan gran atracción y conforman un paisaje maravilloso.
Luego, el avión se dirigió hacia los volcanes, que están ubicados en la zona fronteriza con Chile. Uno de los volcanes más espectaculares es el que alberga la Laguna Azul en su cráter. Las formaciones de lava que manifiesta conforman un espectáculo natural incomparable.
Realmente, todavía se desconoce la formación del volcán, el origen y la profundidad del agua que tiene la laguna. Algunos geólogos sostienen que es un "ojo de agua del Pacífico", otros rechazan esta afirmación porque lo consideran imposible dada la distancia. Lo cierto es que aún es un gran misterio de la naturaleza.
Minutos más tarde, el vuelo continuó paralelo a las costas del Estrecho de Magallanes; desde allí pudimos ver la pingüinera y el faro de Cabo Vírgenes, situado en el sector oriental del estrecho.
Luego, el paseo siguió por los altos acantilados que forma la estepa patagónica. Desde ese punto vimos la espuma de las olas romper con energía sobre la playa de canto rodado.
Punta Loyola fue el último hito geográfico que conocimos. Se trata del lugar donde la ría se une con el mar. Conocerlo emociona muchísimo.
Finalmente, emprendimos el regreso con una gran certeza: sobrevolar Río Gallegos es una de las experiencias más conmovedoras que vivimos.