La pesca de dorados es una de las más bellas de nuestro país. El pez da batalla hasta el final y suele ofrecer grandes saltos mientras dura la lucha.
Dorados al por mayor
La ciudad de Termas de Río Hondo se ubica a escasos kilómetros de donde se construyó la famosa represa homónima, cuyo objetivo fue embalsar las aguas de pequeños arroyos y ríos del noroeste argentino que se perdían a medida que avanzaban por la llanura santiagueña.
El dorado es un pez que, para cumplir su ciclo vital, debe subir y bajar los ríos para desovar y aún lo hace, por lo que es habitual que frente a los paredones del dique muchos de estos peces pretendan saltar hacia el otro lado del río.
Años después de su creación, el embalse se llenó de grandes dorados que bajan del río Salí y sus afluentes y suelen tener pesos superiores a los quince kilogramos; lo cual, por supuesto, desata la pasión de sus seguidores: los pescadores deportivos.
En el dique, al igual que en los ríos santiagueños, el dorado se pesca tanto con carnadas naturales como con moscas y señuelos, y en general las embarcaciones que salen en busca de estos trofeos se contratan con guías en la misma ciudad termal, lo que agrega un atractivo turístico a la vasta oferta que ya posee este bello destino.
Hay que verlos saltar
El dorado llega hasta la presa y se queda allí, por momentos desorientado, sin saber a dónde ir o seguir. Los pescadores lo saben, muchos de ellos se ubican en las piedras que deja ver el río cuando está bajo y lo tientan con sus mejores carnadas; si hay dorados, las respuestas no se hacen esperar. Así han salido verdaderos tesoros de más de diez kilogramos a tiro de caña o de mano, ya que muchos lugareños eligen esta última técnica de pesca, que consiste en recoger con una lata y su hilo un señuelo o cuchara metalizado que engaña al pez cuando toma velocidad.
Tanto en los ríos como en el dique, los dorados son protagonistas y Termas de Río Hondo ya cuenta con sus propios mitos y leyendas acerca de dorados enormes jamás pescados, pero que dejaron huellas de sus escapes. En nuestro caso, medio día alcanzó para develar parte del misterio que esconden estas aguas.
Pesca y devolución
Existen medidas para la extracción de este hermoso pez. Obtuvimos dos hermosos dorados de cinco y ocho kilos aproximadamente, que fueron junto a otros juveniles devueltos al agua, como corresponde. El lema de la pesca y devolución también está siendo escuchado en esta región del país; primero fueron los pescadores mosqueros los que lo adoptaron, en los últimos años lo está haciendo la mayoría.
Las fotografías pueden perfectamente reemplazar al pez muerto y contentar el ego propio y el de amigos. Pero es fundamental que devolvamos los peces al agua, si queremos seguir pescando dorados para siempre. Santiago y Termas de Río Hondo los tienen como parte de su historia.