Tradicional uva alemana también cultivada con éxito en la Alsacia francesa, donde se elaboran los mejores vinos de esta cepa. Al igual que el Semillón, el Riesling es sensible a ser atacada por el hongo que produce la "podredumbre noble".
En sí misma, es una cepa de sabor típicamente frutal. Se le identifican aromas como el de la manzana, el aceite o la miel.
Produce vinos frescos y elegantes muy interesantes, con una acidez natural muy bien balanceada, logrando un marcado carácter y personalidad. Su característica tánica y bajo tenor alcohólico lo hacen un vino distinto que vale la pena probar.
Prácticamente no existe Riesling en Argentina, aunque algunas bodegas han logrado buenos varietales gracias a uvas provenientes de viñedos puros.
Racimo: pequeño y compacto.
Uva: medio-pequeña, esferoidal de color amarillo, piel consistente, pulpa jugosa de sabor delicadamente aromático.
Maduración: media.