La Barrosa, aventura en la sierra

La sierra La Barrosa es una de las tantas elevaciones que pueden divisarse desde el centro de la ciudad de Balcarce. No contentos con admirarla, los viajeros más intrépidos eligen descubrirla y disfrutarla en bicicletas de montaña o simplemente a pie. De esta manera, el contacto con la naturaleza es más profundo y, mediante un pequeño esfuerzo, se pueden alcanzar vistas panorámicas realmente increíbles, imposibles de vislumbrar de otra forma.

Recorrimos la sierra La Barrosa -que se eleva hasta los 334 metros de altura- junto a Gustavo, nuestro guía, quien nos dio indicaciones y consejos referentes al calzado, la hidratación, el tipo de pasos a dar durante la ascensión y los distintos cambios y discos que debíamos utilizar para dominar las mountain bike.


Trekking con escalada en roca sin cuerdas

El desafío era alcanzar la cima de la sierra La Barrosa. Con pasos cortos iniciamos el paseo con un trekking ascendente que comenzó a mostrar sus dificultades después de quince minutos de recorrido, aproximadamente.

A medida que avanzamos, empezamos a incorporar técnicas de escalada simple, sin uso de cuerdas. Para las personas con escasa experiencia en esta actividad es vital observar al guía, sus pasos y los huecos exactos donde coloca sus pies, buscando trabarlos. Los más experimentados, en cambio, sugieren otras rutas factibles, pero quizás con mayores dificultades.

Según nos contó nuestro guía, la idea de estas ascensiones es avanzar sobre senderos no marcados, explorando nuevos caminos a cada paso. Así lo hicimos y el recorrido se volvió cada vez más interesante. En algunos trayectos, el terreno se presentaba fangoso y allí comprobamos por qué La Barrosa es el nombre que recibe esta sierra.

Otro dato interesante que aportó Gustavo es que La Barrosa pertenece a la cadena de sierras más antigua del planeta, es decir que estábamos escalando sobre piedras milenarias.

A medida que avanzábamos, los paisajes que nos circundaban se volvían más atractivos y la vegetación cada vez más escasa. Al cabo de una hora, hicimos cumbre: cumplimos el desafío propuesto y observamos con total nitidez el conjunto de sierras, el autódromo Juan Manuel Fangio y la ciudad de Balcarce a nuestros pies.

Era la hora de emprender el regreso y, por un camino distinto al que utilizamos para subir, descendimos por La Barrosa. Transitamos este nuevo sendero entre pastizales para evitar las rocas lisas más resbaladizas y los curros, arbustos de ramas gruesas muy pinchudas, y junto al ocaso cruzamos algunos delgados cursos de agua que bajaban desde la cumbre.

Nuevamente llegamos al punto de partida, con la sensación de que el esfuerzo había valido la pena.


¡A pedalear!

Otra de las alternativas que ofrece La Barrosa es hacer un paseo en bicicletas de montaña. La sierra presenta senderos de diferentes grados de dificultad y Gustavo optó por elegir los caminos de acuerdo al entrenamiento de los ciclistas que conformaban el grupo.

El inicio del paseo de cinco kilómetros que realizamos transcurrió sobre una superficie llana que nos permitió divisar sierras como La Chata y La Larga y, mientras avanzábamos, comenzaron a aparecer subidas y bajadas que tornaron más emocionante nuestro itinerario.

Lentamente el paisaje se fue transformando y, de repente, nos encontramos pedaleando por estrechos senderos cubiertos de retamas y pajas bravas hasta penetrar finalmente en un bosque de eucaliptos que apenas dejaba pasar los rayos del sol.

Al alcanzar un buen punto panorámico, descansamos para recuperar energías y volver por un camino de picadas que liberaron toda nuestra adrenalina.