Llovía torrencialmente en Humahuaca, y esto no sucede todo el tiempo. El verano es la estación de las lluvias en casi todo el norte argentino. Y de más está decir, que una de las cosas que los habitantes de la zona le piden al bendito Carnaval es que traiga buenas lluvias. Agua por sobre todas las cosas.
Y el ruego evidentemente estaba acusando recibo. Con paraguas, que pensaba equivocadamente no existían en toda esta región, los habitantes de la ciudad proseguían sus rutinas diarias, mientras un grupo de periodistas y fotógrafos caminábamos por las pequeñas calles de la ciudad tratando de no mojarnos, y esperando que sean las 12 para ver la fugaz salida del Santo de la Iglesia de la Plaza.
Tan fugaz como el famoso Cu-Cu de la ciudad de
Villa Carlos Paz, en Córdoba, el santo salió, y eso debe de haber significado un saludo a todos los presentes. Fue más la intriga que lo que se pudo ver, pero valió la pena esperar. Igual seguía lloviendo y fue ahí que decidimos visitar una de las típicas ferias artesanales.
Pimientos, hojas de coca, especias, tejidos, lanas, tapices, murales, dibujos, pinturas, pesebres, comidas típicas, empanadas, tamales, infinitos objetos, y más, muchos más colores, son parte del repertorio, pero la vista no puede dejar de fijarse en los variados platos de cerámica, típicos del norte argentino, que sobresalen del resto.
Son tantos y de tan variadas formas, colores y tamaños que observarlos es adentrarse en un mundo increíble. Fue así que, levantando unos y otros, llegó una hermosa y dulce voz que dijo “¿Quieren pasar a visitar el taller?”
+ Info:
http://www.welcomeargentina.com/humahuaca/taller-artesanal-ceramica.html