Los guaraníes que habitaban esta zona llamaron Moconá a los famosos saltos que hace el río Uruguay cuando su nivel de agua se encuentra bajo, fenómeno por el cual las aguas del río caen sobre sí mismas.
Moconá significa en lengua guaraní “el que todo lo traga” y basta con realizar la excursión y apreciarlos desde el agua para darse cuenta de cuánta verdad esconde su nombre: el río, el poderoso río Uruguay, corre angosto y muy profundo y posee tanta fuerza que produce la sensación de que se traga a sí mismo.
Los
Saltos del Moconá, ubicados en el centroeste de Misiones, son uno de los atractivos más hermosos que posee la provincia (además de las ya famosas
Cataratas del Iguazú) y son únicos en el mundo. Conjugan de manera armoniosa el protagonismo de los saltos de agua con una de las selvas más vírgenes del país: la reserva de biósfera Yabotí.
Toda el área de los saltos del Moconá está protegida bajo el nombre de Parque Provincial Moconá y estos paisajes selváticos (cálidos y húmedos) atravesados por ríos cristalinos fueron el escenario perfecto para que distintos emprendimientos y alojamientos se instalaran en los últimos años para satisfacer la demanda hotelera de turistas llegados de todas partes del mundo.
Desde los famosos
lodges ocultos en la selva hasta las más cálidas posadas y cabañas, ubicadas en los alrededores de los saltos o sobre la misma ruta costera nº 2 que une el parque provincial Moconá con la pequeña ciudad de
El Soberbio , la zona cuenta con distintos servicios turísticos para pernoctar, practicar actividades de aventura o bien para hacer un alto y dejarnos llevar por la tranquilidad de tanto verde.
La pequeña ciudad de El Soberbio (distante 80 kilómetros de los saltos) es la puerta de entrada a este atractivo turístico y es el lugar ideal para quienes quieren tener servicios al alcance de la mano, como restaurantes, hoteles, un casino, agencias de viaje, oficina de turismo y otros prestadores turísticos que esperan al visitante para mostrarle todo lo que esconde la zona.
Otros municipios vecinos, como San Pedro o San Vicente, invitan también al visitante a conocerlos y desde allí también disfrutar otros atractivos de esta región bella y todavía virgen.