La ruta provincial 2 es perfecta y recorrerla es apreciar un paisaje de selva, lagunas y ríos. El afortunado es el río Uruguay, que se vuelve inigualable, como todas las paradas panorámicas que esta ruta nos propone, incluso para conocer sin bajar del auto.
En los famosos Saltos del Moconá, además de caer de costado sobre sí mismo, el río Uruguay se vuelve tan angosto que pareciera poder cruzarse en cuestión de brazadas. Sin embargo, la profundidad llega hasta los 150 metros y su correntada es tal que desde allí inicia un viaje kilométrico para ganar anchura y perder profundidad hasta desembocar sus aguas en el Río de la Plata.
En suelo misionero, en este interminable viaje lo acompaña la ruta provincial 2, que, aunque no tan serpenteante como el río, permite disfrutar de paisajes increíbles en los que predominan selvas, costas y playas de arena, profundos cañaverales y puntos panorámicos de una belleza extraordinaria.
En nuestro caso, tomamos la ruta cerca de la localidad de Apóstoles y desde allí comenzamos a recorrer la provincia de Misiones. Íbamos a contramano de sus aguas, algo que comenzamos a entender cuando por momentos el gigante dejaba ver alguno de sus rincones y nos mostraba sus aguas un poco turbias.
A medida que ganábamos kilómetros, el río comenzaba a verse distinto: menos caudal, aguas más claras y mucha, mucha, mucha más selva, que por momentos comenzó a taparlo con una vegetación cada vez más verde.
Luego de la localidad también misionera de San Javier, la ruta se vuelve recta y las lomadas ganan lugar, lo cual nos hizo bajar y subir una y otra vez.
La remodelación y construcción de nuevos tramos de esta ruta tuvo en cuenta a los futuros visitantes, ya que la idea es que se convirtiera en un atractivo turístico en sí misma, incluso antes de llegar a su destino final: la localidad de El Soberbio y los Saltos del Moconá.
Con tramos que se introducen en la selva a tal punto que es posible toparse con animales en peligro de extinción y con una diversidad de flora inigualable, resulta maravillosa para recorrerla en familia.
Mucho para ver, para fotografiar, para filmar y también para hacer un alto en alguno de sus puntos panorámicos que invitan a contemplar sus sonidos tanto de día como de noche. Una ruta ideal.