La casa museo de los friulanos deja un sabor a tradiciones y costumbres muy vivas. Un paseo para adentrarse en la vida de los primeros colonos de Colonia Caroya.
Toda la tradición italiana pinta de entero esta localidad distante a 48 km de la capital de Córdoba por la ruta 9. En Colonia Caroya, conocida por sus vinos, conservas, quesos y embutidos, coexisten el paisaje de sus sierras bajas, las costumbres arraigadas de sus vecinos, las casonas de fin de siglo, los bodegones y las huellas jesuíticas. La Casa Copetti es un hilo conductor de la identidad del pueblo.
Detrás de las huellas de los friulanos
La Compañía de Jesús se estableció en unas tierras cordobesas que denominaron Estancia Caroya, allá por 1616. Por una ley del presidente Nicolás Avellaneda se promulgó la creación de una colonia agrícola en la antigua estancia y sus tierras lindantes. Así llegaron los primeros colonos venidos de Friuli, una región del noreste de Italia. El primer grupo de familias friulanas llegó en 1878 y se toma esa fecha como su fundación.
Colonia Caroya es pequeña, para recorrer serenamente sus calles arboladas y mimetizarse con el entorno acogedor y cálido que supieron imprimirle sus pioneros. La casa museo Copetti fue una de las primeras casas de la zona. Data de 1896, construida por el matrimonio compuesto por don Juan Bautista Copetti y doña Mariana Migotti. Tiene todas las características de la arquitectura italiana.
Luego de pasar por sus herederos, en 1989 la casa fue adquirida por el Centro Friulano de Caroya y restaurada con la colaboración del gobierno de la provincia de Udine, Italia, conservando las características originales, concebidas por la familia Copetti. Su plano en L tiene la estructura de casa de campo, con techos inclinados, habitaciones contiguas que conjugan en una galería y un área de trabajo adyacente. Fue declarada Monumento Histórico.
La casa es un museo que resguarda ropa de época, utensilios de cocina, mobiliario y herramientas de labranza. La colección de objetos muestra los usos y las costumbres de sus habitantes, dispuestos como si invitaran a viajar a un pasado no tan lejano, a una vida dedicada al campo y a los sembradíos que brotaron del monte seco de Colonia Caroya, luego del trabajo arduo de los friulanos, que le cambiaron la fisonomía a la región con los canales de riego y las acequias.
Colonia Caroya es el inicio de un viaje de tradiciones e integra las localidades del Camino de la Historia, el antiguo Camino Real que conducía al Alto Perú. Hoy en día es un circuito turístico que recupera las huellas de la historia. Administrado por el municipio, el Museo de la Friulanidad Casa Copetti está abierto de martes a domingos y cuenta con visitas guiadas.