Un valle prodigioso

Desde la entrada a El Bolsón se pueden ver las chacras y campos que caracterizan al valle donde se asienta la ciudad. Es conocido por ser el único lugar de toda Sudamérica que posee las condiciones óptimas para cultivar lúpulo, clave en la elaboración de la cerveza.

La historia del nacimiento del pueblo está relacionada con los productores que remontaron el río Puelo y se asentaron en el valle Nuevo para trabajar la tierra.

Pasando por los grandes molinos harineros hasta los sembradíos de hortalizas, pese al creciente turismo la actividad productiva continúa incrementándose en la región. Con un nuevo perfil que rescata lo artesanal a pequeña escala y los nuevos parámetros sobre elaboración orgánica, los emprendimientos de El Bolsón abren sus puertas a los visitantes para mostrarles sus nuevas formas de producción. Quisimos recorrer algunos de ellos para conocer mejor los frutos y las bondades de esta tierra.

Por las chacras

A sólo 300 metros hacia el este de la plaza principal, se encuentra Cabañas Micó, una de las fábricas de dulces más importantes de la comarca. Caminamos por las plantaciones de frutillas y frambuesas mientras la guía nos explicaba todo el proceso desde la cosecha hasta el envasado de los dulces. Después, nos asomamos al sector de fabricación y finalmente a la parte de venta y degustación, donde pudimos probar cada una de las exquisiteces que se elaboran con las frutas finas de la región.

Salimos de Micó y nos dirigimos a su vecino, cerveza Otto Tipp. Nos recibió su dueño, José, que nos contó cómo empezó con este emprendimiento familiar hace 6 años. Él se encarga de fabricar las cervezas y en la actualidad presenta 6 variedades que incluyen rubias, negras, rojas y con frambuesa. Si bien no pudimos observar el proceso porque no estaban fabricando en ese momento, nos dimos el gusto de probar un rico “chop” recién tirado en el flamante restaurante de Otto Tipp, donde, además de las cervezas, también se puede degustar una buena trucha ahumada en caliente con papas al plomo, entre otros platos.

Seguimos nuestro recorrido, esta vez en dirección a la chacra Humus que se encuentra más apartada del centro. Este establecimiento se dedica a la producción orgánica de dulces, yogures helados y quesos, principalmente. Pasamos por los campos y llegamos hasta un pequeño galpón donde nos recibieron Pablo y Carolina, que desde hace 20 años llevan adelante este emprendimiento lácteo.

Pablo nos comentó cómo lograron certificar la calidad de todos sus productos orgánicos, que se garantiza desde la producción propia de leche hasta llegar al cliente. Conocimos el sector de fabricación y estacionamiento de quesos, que actualmente produce 12 variedades. Cuando nos reencontramos con Carolina, probamos un poco de cada clase de queso blando, semi-duro y duro, además del dulce; se distinguía perfectamente el auténtico sabor de lo artesanal.

Al final del recorrido, supimos por qué El Bolsón se destaca por su actividad productiva. Y si no llega hasta las fábricas, estas elaboraciones también se pueden adquirir en los puestos de la Feria Franca que funciona detrás del edificio del correo y reúne a los principales productores de la comarca.