Deportes de aventura en General Roca

El desarrollo que ha experimentado la actividad deportiva en los últimos años ha permitido que hoy la zona del Alto Valle y las cercanías de General Roca ofrezcan un escenario perfecto para gran cantidad de deportes al aire libre.

Las distintas disciplinas cuentan con senderos y áreas bien definidos en toda la zona, tanto para los que recién se inician como para aquellos que ya tienen experiencia en trekking de montaña o escalada. Pueden practicarlo personas de todas las edades de acuerdo a sus capacidades físicas.

Un ejercicio tan saludable como una buena caminata ofrece a nuestros pulmones y nuestra mente la posibilidad de darle al organismo la cuota de buena salud que necesita. Mientras, el paisaje y los perfumes silvestres van cambiando a nuestro paso.

Esos mismos senderos invitan a una suave “bicicleteada” y otros circuitos con mayor desafío, generalmente de tierra o ripio, nos dejan en la puerta misma de las laderas acantiladas. El esfuerzo del ciclismo de montaña se compensa con la posibilidad de conocer los ricos orígenes geológicos de la zona. Los beneficios cardiovasculares del ejercicio físico sobre una mountain bike se suman a la posibilidad de recorrer mayores distancias que a pie.

Nosotros experimentamos realizando un circuito combinado con tramos de trekking y de bicicleta y pudimos acceder al mirador del río, al mirador del Valle de Luna Roja, al mirador Tres Cruces y al cañadón Colorado. Además de todo lo maravilloso que la naturaleza nos ofreció durante el trayecto, apreciamos la presencia de un caracol marino del período cretácico incrustado en una roca.

Tanto el parapente como el rappel son actividades habituales en la zona cuando el tiempo y los vientos lo permiten. La gran cantidad de espejos de agua naturales o artificiales han dado lugar a los deportes náuticos y a la pesca, que cuentan con gran número de concurrentes.

Nos animamos a realizar parapente con un guía especializado y la sensación que nos produjo estar suspendidos en el aire mientras duró el vuelo no la olvidaremos en nuestras vidas. El silencio de la altura y el tibio aire sobre la cara se sumó a la observación del trabajo en las cuidadas chacras frutales de la zona desde lo alto. A lo lejos logramos ver unos aguiluchos y jotes que parecían jugar con sus vuelos lentos aprovechando las corrientes de aire tal como lo hacía nuestro paracaídas.

Todas estas salidas pueden ser individuales o compartidas con amigos. Nosotros optamos por acercarnos a una agencia de viajes, previendo su especialización en estos tipos de salidas. Además, ellos cuentan con todos los accesorios necesarios para cada actividad y su conocimiento hace más amena la ocasión de llegar a los mejores rincones.

En el camino nos hicieron reconocer algunas aves y comprender algunos signos que presenta la naturaleza que quizás nosotros solos no hubiéramos sabido interpretar.

“La naturaleza pide poco a cambio: que respetes la vida que se desarrolla en el ambiente, ya que cada mata vegetal, hueco en la barda o espejo de agua sirve de alimento y refugio a alguna especie animal”, con esas palabras nuestro guía se refirió a su propio respeto por el planeta.