La ciudad de La Rioja abre sus puertas para mostrar sus encantos y edificios, parques e iglesias más emblemáticos.
Pasado y modernidad se han sabido conjugar en las calles de La Rioja. Esta ciudad con alma de pueblo conserva el perfume característico de los azahares de naranjos que rodean su plaza principal.
Recorrerla es un paseo que todo turista debe realizar cuando la visita. En las calles encontrará la historia de sus edificios más emblemáticos e importantes.
Dispuesta en forma de damero, el viaje debe comenzar en la plaza 25 de Mayo, epicentro de la ciudad, donde encontramos las edificaciones más notables de esta capital cuyana.
En uno de los vértices frente a la plaza, se halla la Casa de Gobierno, que fue construida durante la gobernación de Eduardo Fernández Valdez e inaugurada en 1937. Es de estilo grecorromano adaptado con zaguán y patios de galerías. En el interior de sus salones se conservan retratos de los gobernadores de la provincia.
Del otro lado de la plaza encontramos el famoso Club Social de La Rioja, antiguamente Escuela de Aplicación de varones. En él se realiza todo tipo de exposiciones y su fachada es una silueta clásica de la ciudad. El frente de la construcción conserva características italianizantes y su galería, que da al frente de la plaza, invita al descanso y predispone para la mesa compartida.
También frente a la plaza se yergue la Basílica Menor de San Nicolás de Bari, que data de principios del siglo XX. Su construcción estuvo a cargo del arquitecto genovés Juan Bautista Arnaldo. Construida en estilo bizantino, la nave central posee un santuario dedicado a San Nicolás de Bari. En su atrio descansan los restos del congresista de Tucumán don Pedro Ignacio de Castro Barros, quien representó a la provincia cuando se declaró la independencia de Argentina.
A dos cuadras de allí, en la calle Rivadavia al 952, encontramos la Casa de Joaquín Víctor González. Esta vivienda, construida en la segunda mitad del siglo XIX por los arquitectos Benzi y Zolla, posee un estilo colonial con imagen de castillo medieval.
Fue la residencia de Joaquín González mientras desempeñaba el cargo de gobernador de la provincia. En la actualidad en su interior se encuentra el Archivo Histórico de la Provincia.
Otro templo que no hay que dejar de visitar es el de Santo Domingo, declarado Monumento Histórico. Es uno de los edificios más antiguos del país que aún se conserva en pie. Construido totalmente con piedra por manos indígenas y dirigido por los hermanos dominicos, data del año 1623. Se destacan el tamaño de su puerta de algarrobo tallado, el cristo crucificado de origen cuzqueño y las imágenes de Nuestra Señora de los Naturales y de Santo Domingo Guzmán.
En la calle San Martín y San Nicolás de Bari se levantan las murallas del histórico Colegio Nacional. De estilo italianizante, se construyó en el solar que ocupaba la orden jesuita. En estas instalaciones también funcionó la casa de acuñación de moneda y una escuela para varones.
En la calle Rivadavia al 537 se encuentra el Museo de Arte Sacro, que posee cinco salas con antiguos altares e imágenes ornamentales de culto y pinturas de escuela cuzqueña.
Otro muestra no menos importante es la que posee el Museo de la Ciudad, ubicado en la calle Pelagio Luna al 250. En su interior se exhiben elementos de comercios y confiterías de la ciudad. Posee seis salas y diversas piezas que reflejan las costumbres de los primeros pobladores.
Dejando el microcentro de la ciudad a través de la Av. Castro Barros y tras recorrer unos 700 metros aproximadamente, encontramos el monumento a Facundo Quiroga, quien fuera uno de los caudillos más importantes y representativos de la provincia.
Hacia el final de la Av. San Francisco, sobre una pequeña rotonda, nos encontramos con otro icono de la ciudad al observar Las Padercitas. Su verdadero nombre sería “paredecitas”. Según la tradición, estas ruinas eran paredes de una posada donde había morado San Francisco Solano en su paso por La Rioja. Es una manera de recordar que por este lugar pasó el santo que logró apaciguar a los nativos diaguitas, que habían decidido atacar la ciudad. El tercer domingo de agosto se realiza una peregrinación hasta aquí en honor al santo misionero.
La ciudad posee otros edificios, otros templos y otras plazas de notable valor. Siguiendo este recorrido también encontrará algunos de ellos, que merecerán una parada y su visita. De esta manera habrá recorrido una de las ciudades cuyanas más antiguas de Argentina. Cada paso por ella es una invitación al pasado que rememora los comienzos de un país lleno de energía.
Lo invitamos a recorrerla.