Desde un ángulo diferente, un mirador muestra el amplio horizonte del área costera, con las copas de los árboles bajo los pies y el mar más atrás.
En Mar de las Pampas se puede caminar por el centro, probar sus exquisiteces gastronómicas y a la vez descubrir un balcón elevado que asemeja un faro sin serlo. En el Paseo Aldea Hippie funciona un café bar peculiar que permite acceder a la terraza y ver hasta dónde alcanza la vista.
En horas del mediodía, luego de un largo paseo por el centro artesanal, decidimos hacer una parada en un lugar donde almorzar y permitir que nuestros niños disfrutaran del espacio de recreación.
Además de comer una rica pizza y alguno de sus platos de comida casera, aprovechamos esa escalera al cielo que nos llevó a observar lo que nos rodeaba. Un recorrido en caracol nos depositó en el mirador y desde allí todo era distinto.
Los bosques vistos desde el aire nos parecieron más densos y el mar, aunque parcialmente cubierto por el follaje, se hacía sentir con una fuerza muy particular, diferente a la observada desde la playa. Nos tomamos algunas fotografías con ese fondo y nos quedamos allí un rato hasta que otros turistas subieron y les dejamos el espacio.
En noches posteriores, volvimos a pasar por el mismo lugar y descubrimos que los reflectores ubicados en lo alto del local le daban un aspecto que asemejaba un faro.
Desde ese momento los más chicos pidieron regresar a ese punto encantador del centro para entretenerse en los juegos y volver a subir los peldaños de ese mirador con expresión de torre y guía para los hombres de mar.