Las creaciones que realizan con todo tipo de materiales están a la vista. A la par, una biblioteca presta libros y hasta recomienda qué llevar.
No hace falta saber su dirección para encontrarla en pocos minutos. En Mar de las Pampas todos conocen la Aldea Hippie, lugar de reunión de artesanos, artistas plásticos y aquellos que sientan el placer de tener un libro entre sus manos y devorarlo.
Aldea Hippie lleva varios años asombrando a los turistas con su propuesta distinta, joven y siempre cambiante. Los miembros de una comunidad dedicada a oficios diversos reúnen sus obras ingeniosas en un sitio común y las ofrecen en locales coloridos.
Muchos de los talleres están instalados allí mismo y nos deslumbraron las técnicas con que convertían un trozo de madera, cuero o metal en una artesanía preciosa. Otros muestran cuchillería fina, cartapesta, cerámica realizada de acuerdo con distintas escuelas, etc.
Pero eso no fue todo. También existe un lugar de lectura abierto a todo público, donde algunos libros pueden pedirse para leerlos debajo de uno de sus árboles o en la terraza. El fin es maravillarse con el mundo de la escritura y que los textos lleguen a grandes y chicos.
Un camión antiguo pasea sus estantes repletos de libros por las calles del balneario y un kiosco lo hace en plena playa; ambos son bibliotecas ambulantes organizadas por los mismos artesanos y con el mismo fin.
Otra actividad promovida por el grupo de Aldea Hippie es el ajedrez. Vimos a varios jóvenes frente al tablero enfrascados en ese juego apasionante, sin haber tenido que pagar por ello.
Frente al sector disfrutamos de una presentación de artistas callejeros. Allí, músicos, payasos y equilibristas desarrollan sus números ante un público heterogéneo que premia su accionar dejando unos pesos en su gorra.
Para quienes llegan a Mar de las Pampas, la ciudad sin prisa, solo es necesario alcanzar la avenida El Lucero y Mercedes Sosa, donde la imaginación se convierte en arte y cultura