Para practicar este milenario deporte y sentirse un “Robin Hood” o un “Guillermo Tell”, hay que acercarse hasta el local que Héctor Tersolo montó para que grandes y chicos disfrutaran de la actividad.
Esta clase de paseos es ideal para realizar durante los días nublados o de lluvia, cuando no se puede disfrutar de las bondades de la costa. El local comercial posee un pequeño bar, donde se sirven comidas rápidas. Cuenta además con un espacio con juegos para que los más pequeñitos también puedan distraerse.
Una vez que está todo dispuesto, los instructores del lugar enseñan cómo tomar los elementos para lograr el disparo certero.