Las características arquitectónicas y artísticas de la capilla definen una época dorada de la construcción en la Patagonia argentina y vale la pena visitarla.
La visita a una iglesia o templo siempre es motivo de especial sentimiento, no importa nuestro credo. Como lugar de fe, existe en cada uno de ellos un aura un misterio invisible, algo que nos hace sentir mínimos. Es común que los recorramos casi en silencio, apreciando su esquema, sus lugares de adoración y las obras de arte que generalmente exhiben. Visitamos la pequeña Capilla de la Virgen de la Asunción, ubicada sobre una loma y rodeada por un hermoso y amplio jardín. Como parte de la zona más antigua de
la población, los árboles eran altos y parecían cobijarla. Varias araucarias centenarias custodiaban su puerta principal. Para llegar a ella desde la avenida de acceso, tuvimos que utilizar una escalinata de troncos y piedras. Las paredes de la capilla fueron realizadas con piedra y el techo a cuatro aguas fue recubierto de tejuelas de alerce negras.