Muy cerca de Villa La Angostura, a tan sólo 5 kilómetros, el lago Correntoso nos permite pasar un día de playa, diversión y pesca en su balneario.
Nos encontrábamos en Villa La Angostura y unos amigos nos recomendaron que fuéramos a pasar la tarde en el balneario del lago Correntoso. Además de ser un lugar espectacular, nos dijeron, está muy cerca de la ciudad. Nos subimos al auto y tomamos la ruta nacional 231 hacia los Siete Lagos. Después de menos de 5 kilómetros, un desvío por la mano izquierda nos llevó directo al lugar deseado.
Es fácil entender por qué los propios habitantes de Villa La Angostura eligen este lugar como espacio para la recreación. No se trata simplemente de que el lago esté cerca: la belleza de sus aguas bien valdría un viaje más largo.
El balneario cuenta con un camping completo que ofrece todas las comodidas para quien se acerque a pasar unos días: desde espacios con sombra para colocar la carpa hasta comercios con comida, además, por supuesto, de los servicios de baños y agua potable.
Lo primero que hicimos al llegar fue zambullirnos en el lago. Para nuestra sorpresa, descubrimos que el agua no era tan fría como la de otros lagos, como el Nahuel Huapi, por ejemplo. Disfrutamos tranquilos.
Vimos también que mucha gente se entretenía con otras actividades como el kayak y el canotaje. Supimos que se pueden hacer paseos en lancha, siempre con una velocidad moderada. Sobre la costa, otros jugaban al tejo y al fútbol 5. También se organizan cabalgatas.
Después de secarnos y descansar un rato, emprendimos una caminata por el borde del lago. Fue así que llegamos hasta el río Correntoso, que une este lago con el Nahuel Huapi. Este río, considerado uno de los más cortos del mundo, ofrece unas vistas hermosas y es un lugar de gran interés para los pescadores.
Un puente carretero de 35 metros de altura cruza el río y delimita dos zonas: la primera es la parte norte, donde está la embocadura, y allí está prohibida la pesca porque es el lugar en el que desovan las truchas; la segunda, en la desembocadura, es donde los fanáticos de la pesca pueden desplegar sus moscas para tratar de conseguir alguna presa.
Después de nuestra caminata, tomamos unos mates en la orilla de lago y, finalmente, tuvimos que emprender la vuelta. En apenas una tarde habíamos descubierto un lugar accesible y hermoso, siempre disponible para quien quiera acercarse.