Si existe un sitio turístico donde la noche pasa a ser un atractivo primordial en la agenda del veraneante, ese escenario es la ciudad de Mar del Plata. Lo más llamativo es que las distintas generaciones encuentran lo que buscan, cada cual con sus gustos, prioridades y expectativas.
Durante décadas, la ciudad feliz fue el escenario perfecto para que las distintas figuras del ambiente artístico se presentaran en los teatros e incluso en los cines para llevar a la costa los espectáculos que durante el año fueron exitosos en las grandes urbes. Las décadas del '60 y '70 edificaron y se apropiaron al mismo tiempo de una ciudad turística y popular que comenzó a delinear sus propios códigos. Entre estos, aparecieron algunos que le darían una peculiaridad pocas veces vista en otras latitudes: la relación de los artistas con su público.
Hoy, casi 2020, Mar del Plata conserva intacta esa mística que la vió nacer y que hoy la mantiene en vigencia. No por nada los artistas saben que, si quieren hacerse conocidos en todo el país, deben pasar obligatoriamente por la ciudad feliz.
Teatros espectáculares, y butacas impecables, Mardel espera ansiosa a sus espectadores. Con la ilusión intacta de una noche a público lleno.
Como sucede desde hace años...
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