La Galería del Asombro pasó a convertirse lentamente en un clásico de San Telmo. Lo que fue en algún momento una casa de la aristocracia porteña, luego de la fiebre amarilla se convirtió en un conventillo que hoy, reciclado, es una paseo para toda la familia y sobre todo para los amantes de la ciencia ficción.
Ubicada sobre la calle Defensa al 1295, esta galería es poco común. Basta entrar para descubrirlo.
Un Carlos Gardel alienígena, de color verde y con antenas en la frente, recibe en la entrada al visitante. La escultura en tamaño real llama la atención e invita a sacarse inmediatamente una selfie, para capturar el preciado momento.
Adentro hay más, mucho más. Dos locales aparecen en la entrada al predio y permiten entender el nombre de la galería.
El "Gabinete de Clonación" es una pequeña tienda que ofrece los objetos más divertidos y originales. Esto es nada más ni nada menos que "la clonación en cera de la propia mano del visitante". Increíble pero real
El otro local se llama "Vidas Pasadas". Esta tienda invita a vestirse con ropa de épocas anteriores y elegir la mejor ambientación para la foto. "Un viaje en el tiempo" podría afirmarse acertadamente y luego de una fotografía en blanco y negro, el momento se guarda para siempre, para la posteridad.
"Espejos mágicos" que deforman la imagen de quien se pose adelante, "un laboratorio de plantas asesinas", con manos y ojos humanos en sus macetas y "un consultorio odontológico terrorífico", a los que se suma un local con "una bola de cristal y una mujer adivina", forman parte de los atractivos del lugar junto a distintos personajes de terror que se aparecen entre los presentes mientras éstos recorren la Galería del Asombro.
Un lugar ideal para recorrer con chicos...que no tengan miedo, por supuesto.