Conocer la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y alojarse en alguno de los establecimientos de su inagotable oferta hotelera desvela a visitantes de todo el mundo, porque además de ser la más cosmopolita de América del Sur, es sin duda el más bello y coqueto de los grandes centros urbanos.
# Pasaje Lanín, en Barracas
A lo largo de tres calles, entre la avenida Suárez y Brandsen, se encuentra el Pasaje Lanín, cubierto de murales y mosaicos. El arte urbano se encuentra aquí en su máximo esplendor.
El artista plástico Marino Santa María tuvo la iniciativa de intervenir el pasaje en el cual se encuentra su estudio. Con el objetivo de compartir el arte y llenar de colores las características calles grises, Marino decidió hacer un cambio en su tan querido Barracas.
Utilizó la fachada de su propiedad como primer lienzo y los vecinos del barrio se fueron acercando con mucho interés para que el artista interviniese también sus casas. De esta forma, Marino comenzó a cubrir las fachadas con murales. El Pasaje Lanín se inauguró el 19 de abril del año 2001 con una gran fiesta en sus calles.
# Galería del Asombro, en San Telmo
El barrio de San Telmo ofrece atractivos para todos los gustos, como el caso de la Galería del Asombro, un paseo para toda la familia y sobre todo para los amantes de la ciencia ficción.
Casi al final de la Feria de Artesanías de San Telmo, antes de llegar a la plaza Dorrego, en la calle Defensa al 1295 nos encontramos con una galería poco común. En la puerta de la Galería del Asombro nos recibe un Carlos Gardel alienígena, de color verde y con antenas en la frente. La escultura en tamaño real llama la atención de los turistas que pasan por la puerta, que luego de sacarse fotos no pueden resistir la tentación de ver qué hay más adentro.
Antes de entrar a la galería, hay dos locales, uno denominado Gabinete de Clonación, atendido por el dueño de la galería. En esta peculiar tienda podemos encontrar los objetos más originales y divertidos y la atracción principal que es “la clonación en cera de la propia mano del visitante”. Hay que verlo para entenderlo. El otro local, en el costado izquierdo, es Vidas Pasadas, donde, jugando con vestuarios de época y la mejor ambientación, se invita a hacer un viaje en el tiempo. La experiencia (en la que participan grandes y chicos) queda perpetuada en una fotografía.
# Stand Up, en Paseo La Plaza
Lo que te pasa a vos, lo que me pasa a mí, eso de lo que en otro lado no se habla, eso de lo que acá se habla hasta agotar entradas.
Todo esto y mucho más es el stand up, una movida que llegó a Buenos Aires para quedarse. Este movimiento teatral (por más que parezca distinto, no deja de ser un hijo del teatro independiente) que combina el monólogo y, por supuesto, la actuación logró crecer y posicionarse en los últimos tiempos de manera notable, con lugares de culto como por ejemplo El Paseo La Plaza (Av. Corrientes al 1600).
Allí, las obras se “disputan” los espectadores desde la entrada misma de la calle. Sí, aunque suene loco.
“Escuchá…”, “Te cuento de qué se trata…”, “No te la podés perder…”, “¿Lo conocés a…”, “Es buenísimoooooo”, vociferan y tarjetean a veces los mismos standuperos sobre su propia obra o sobre una que te están recomendando.