Sobre una de las principales avenidas de la ciudad de Buenos Aires, con una privilegiada vista al Obelisco, se encuentra un curioso chalet. Nos acercamos para descubrir y conocer otra sorprendente historia que guarda esta ciudad.
En la terraza de un edifico de nueve pisos, sobre la calle Sarmiento al 1113, se alza un curioso chalet. A pesar de que frente a él pasan miles de personas diariamente, muy pocas se detienen a observarlo. Está hace tanto tiempo ahí, desde siempre para algunos, que su presencia se volvió tan natural como inadvertida.
La construcción del chalecito, junto con la de todo el edificio, finalizó en 1927 a nombre de don Rafael Díaz, un inmigrante valenciano llegado a la Argentina por el 1890. Luego de múltiples trabajos, se asoció con un grupo de españoles y en 20 años consiguió fundar Muebles Díaz, pioneros en vender mobiliarios con financiación.
Apostó a la clase media y rápidamente pisó fuerte en la industria. Vendía en el local y por catálogo a todo el país. En pocos años construyó un edificio para exhibir la mayor muestra de muebles en toda América Latina, donde en cada piso se presentaba un estilo diferente.
Por ese entonces no existía el Obelisco ni la avenida más ancha del mundo; la calle era muy angosta y difícil de divisar. Al poco tiempo se abrió la 9 de Julio y el chalecito, además de ser una excelente publicidad para su negocio, pasó a ser una postal típica de la ciudad de Buenos Aires.
Don Rafael usaba el chalet para sus momentos de tranquilidad, subía allí para almorzar y dormir la siesta hasta las cuatro de la tarde. Luego de la jornada, volvía a su casa en Banfield. Con el dinero que ganó con la mueblería, don Rafael compró edificios, cines, teatros y hoteles en Buenos Aires y Mar del Plata. Uno de ellos es el Hotel Rivera, en La Feliz, que fue un regalo de cumpleaños para su esposa.
Durante uno o dos años hasta tuvo su propia emisora de radio en el mismísimo chalet. Se llamaba LOK Muebles Díaz, donde aprovechaba para pasar su publicidad. A principios de los años 30, el edificio junto con el chalet fueron vendidos. Y en la misma frecuencia donde don Rafael emitía sus publicidades nació la actualmente reconocida Radio Rivadavia.
Don Rafael Díaz falleció en 1968, luego de pasar sus últimos años en una silla de ruedas a causa de su enfermedad. El negocio quedó a cargo de sus hijos. Hacia fines de los años 70, los pisos del legendario edificio se alquilaron para otros usos.
Con el crecimiento de la ciudad y el auge de los carteles luminosos, el chalet donde don Rafael pasaba sus mediodías fue tapándose de a poco. Durante muchos años permaneció abandonado y oculto, pasó a ser la sede de una agencia de modelos y el laboratorio de un fotógrafo.
Hoy, después de tantos años, queda la cerámica con el nombre Muebles Díaz sobre la medianera que da a Libertad y el cartel de chapa fileteado.
También existe un manuscrito inédito en el cual, según Mónica Abal, bisnieta del pionero y creador de Muebles Díaz, don Rafael cuenta su vida y habla de la Buenos Aires que conoció, la hermosa ciudad que veía desde la ventana de su chalecito.