Copahue, muy cerca

Copahue es el pueblo vecino a Caviahue y su principal característica es contar con un complejo termal de fama internacional. Sus aguas provienen de las entrañas del volcán Copahue y tienen un fuerte contenido de minerales. En el pasado, fueron conocidas y utilizadas por los pueblos originarios; en la actualidad son aprovechadas por muchas personas que llegan para relajarse o para recuperarse de afecciones de la piel y respiratorias.

Durante nuestra estadía estival en Caviahue, concurrimos a las termas, donde fuimos recibidos por los vapores sulfurosos de sus lagunas y piletas al aire libre. Siguiendo el ritmo sereno y relajado del pueblo, recorrimos sus calles para conocer sus casas de alquiler, hoteles y cabañas, y algunas coquetas casas de té.

Desde las primeras horas del día, el movimiento de gente era continuo, especialmente en el centro de atención de alta complejidad. Allí se realizan baños de inmersión con propiedades curativas en todas sus formas: hidromasajes, fangoterapia, inhaloterapia. Estos se complementan con tratamientos de kinesiología, dermatología y con baños al aire libre a cargo de profesionales y técnicos especializados.

Para utilizar los servicios es imprescindible realizar controles médicos. Los médicos resuelven qué personas son aptas para recibir los baños, qué tipo de tratamiento es el más acertado y por cuánto tiempo.

Las lagunas del Chancho, Verde y Sulfurosa están allí desde siempre y son las más conocidas por el público acostumbrado a apreciar sus beneficios sobre el cuerpo. La inmersión es permitida bajo ciertas circunstancias, ya que suelen tener una temperatura muy alta. También en los alrededores del complejo se encuentran pequeñas fumarolas humeantes que brotan de la tierra; es preferible no acercarse demasiado por su alta temperatura y alcance.

Muchos turistas se alojan en Caviahue y hacen el trayecto diario hasta el centro termal mientras disfrutan de esos pocos kilómetros por ruta y se preparan para la relajación y las curaciones. El clima seco y puro se suma a las sensaciones de bienestar buscadas.

Un dato interesante es que en invierno el lugar es un pueblo fantasma, sumergido en la nieve que cubre totalmente edificios, hoteles y cabañas, y que solo deja al descubierto sus piletas de aguas muy calientes. Previamente, sus pobladores tapan ventanas y puertas, y abandonan sus casas.

Cuando la temporada termal llega a su fin, es tiempo de despedida y de adormecimiento. Las propiedades y la vitalidad terapéutica de las aguas permanecen intactas hasta el verano siguiente, cuando renace el encanto de este pueblo cercano a Caviahue.