Es uno de los eventos más importantes en la agenda del pescador deportivo. Desde hace años logra atraer a pescadores de todo el mundo que buscan las grandes corvinas negras que abundan en estas aguas.
Si ponemos como epicentro Claromecó y de ahí trazamos una línea imaginaria en dirección a Orense o en dirección a Reta, las tres localidades resultan ideales para la pesca de costa y no por nada son desde hace décadas el escenario ideal para que allí se desarrollen las famosas 24 horas de la corvina negra.
Las 24 horas de la corvina negra, como ha sido bautizado desde hace años este certamen de pesca, es sin duda el evento realizado en aguas abiertas más importante de Sudamérica.
Siempre fue organizado por el Club de Cazadores y Pescadores de Tres Arroyos. De más está decir que en sus inicios la pesca era más que abundante, se lograban cobrar grandes corvinas negras que superaban los 20 kilogramos de peso.
Antes la gran cantidad de corvinas que cobraban los pescadores deportivos podía ser observada con orgullo colgando en las gancheras, un espectáculo por sí mismo. Hoy esto ya no sucede.
Sin embargo, el famoso concurso no pierde interés entre los apasionados por la pesca deportiva que se dan cita año tras año. En cada nueva edición aumenta la cantidad de inscriptos, esto mantiene vivo el acontecimiento que ha hecho trascender la pequeña Claromecó a lo largo de todo el país.
La llegada de enero comienza a manifestarse en la fisonomía de Claromecó, que más allá de recibir a los primeros turistas del año comienza a cambiar su aspecto los días previos a la realización de este singular festejo.
Claromecó cambia de pueblo tranquilo a ciudad que se abarrota de vehículos pesqueros de todos los estilos, diseños y modelos. Desde las imponentes 4x4 hasta rastrojeros, camiones, furgonetas y estancieras logran que la cantidad de gente se multiplique de manera considerable.
La pesca se realiza durante todo un día seguido, es decir tanto de día como de noche. La playa se transforma en un espectáculo aparte, donde miles y miles de cañas tientan con la luz del sol o bajo las estrellas los grandes peces que se acercan para alimentarse.
De día, la cantidad de gente asombra a los curiosos y turistas, que sacan fotografías para recordar haber estado allí aunque no sean pescadores, y buscan entre los miles de cañófilos quién tiene el pique ganador.
Sin embargo, de noche la imagen se vuelve apasionante. Con el mar oscuro y miles de pequeñas luces encendidas, los pescadores se diseminan a lo largo de varios kilómetros. No hay duda de que la pasión por la pesca, los mates, el pucho y sobre todo la esperanza de un gran pique abrigan a todos los presentes.
Una vez concluida la jornada, la fiesta se generaliza. Todos se relajan y ya no se vive un clima de competencia, sino de gratitud y grandeza por toda la jornada vivida.
Como ya es costumbre, la entrega de premios se realiza en la sede del Club de Cazadores y Pescadores de Tres Arroyos, sobre la misma avenida Costanera. Al igual que en una carrera de autos, el festejo lleva a los pescadores ganadores vitoreados por la multitud. Un espectáculo único para los amantes de la pesca.