Las cuevas de Walichu y Punta Bonita son una forma de viajar a través del tiempo. A orillas del Lago Argentino, son ideales para visitar con niños.
Un importante sitio arqueológico donde se hallaron las primeras pinturas rupestres de la provincia se encuentra a escasos minutos de El Calafate: las cuevas del Walichu.
La mejor forma de llegar hasta allí es dirigirse hacia las afueras de la ciudad por la ruta provincial Nº 11 hasta un cartel indicador que se encuentra hacia el lado del Lago Argentino y que indica el acceso a las cuevas.
Las cuevas de Walichu y Punta Bonita son un viaje atrás en el tiempo. Además de su valor arqueológico, sorprenden por la belleza del paisaje y su clima de ensueño, ideal para disfrutar en las pedregosas costas del sector.
Una hermosa casa con vista al lago sirve de punto de encuentro para esta original excursión que logra interesarnos por la antroplogía y la arqueología mientras observamos una formación geológica de rocas sedimentarias y una vegetación del tipo esteparia.
Aleros y cuevas naturales que utilizó el hombre prehistórico para la ejecución de sus manifestaciones pictóricas pueden apreciarse mientras recorremos un sendero que fue armado especialmente para ir descubriendo estas manifestaciones.
El arte rupestre de estas cuevas logra mostrarnos qué concepción de la vida tenían estos pueblos originarios y cómo se comunicaban entre sí, además del legado que querían dejar para generaciones posteriores.
Francisco Pascasio Moreno, el famoso perito, dio las primeras referencias de la existencia de estas pinturas hechas por los indígenas en Punta Walichu, donde observó que sus paredes estaban cubiertas por signos trazados por la mano del hombre.
Hoy existe información de gran utilidad para la interpretación de este arte sagrado y misterioso de una antigüedad aproximada de 4.000 años. Nos sorprendimos al saber que se adjudica la realización de estas pinturas en la provincia de Santa Cruz a los pueblos pretehuelches, a hombres pertenecientes al período Paleolítico superior.
Estos notables grabados pictóricos se recorren a través de un sendero de interpretación, con el cual nos vimos expuestos a una cultura imponente que descubríamos paso a paso.
Entre los materiales que utilizaron los hombres del Paleolítico, llamado así por su habilidad para tallar la piedra, se encuentran los óxidos de hierro y ferrite con grasas de guanaco, resina de plantas, yeso, clara de huevos e incluso saliva humana.
Los colores se divisan con gran nitidez: rojos, ocres, amarillos, negro y blanco. Entre las técnicas se utilizaba arrastre de dedos, digito pintura usando dedos o motas de pelo y sopleteado con la boca a través de huesos de guanaco ahuecados.