La capital nacional del trekking

Basta con conocerla para comprender que el bautismo recibido le cae como anillo al dedo. El Chaltén, no hay dudas, es la capital nacional del trekking.

Nombrar la palabra “Chaltén” en esta región patagónica es sinónimo de montaña, de caminatas, de trekking. Por eso, cuando surgió la posibilidad de conocer El Chaltén, no lo dudamos ni un segundo.

Como todos los días, los servicios de transporte salen temprano hacia El Chaltén y en la terminal de ómnibus de El Calafate ya había varios mochileros y turistas extranjeros esperando un lugar.

Desde la construcción del aeropuerto internacional de Calafate, el cerro Fitz Roy, el Torre y el glaciar Perito Moreno están al alcance de la mano y se cotizan como los destinos más preciados de la Patagonia.

Los mapas decían que, por ruta nueva, debíamos recorrer cerca de 220 kilómetros para llegar a El Chaltén. Salimos por la ruta provincial 11 para luego desviarnos por la nacional 40.

Seguimos viaje, ahora por la ruta provincial 23, la cual rodeada de montañas y con el lago Argentino primero y luego el Viedma fue acercándonos a este pintoresco pueblito de amantes de la montaña. El día lentamente se despejaba y prometía una buena jornada para conocer el pueblo más joven de la Argentina.

  • Pintoresco pueblito

    Pintoresco pueblito

  • Camino al El Chaltén

    Camino al El Chaltén

  • Complejos turísticos

    Complejos turísticos

  • El pueblo más joven de la Argentina

    El pueblo más joven de la Argentina

  • Trekking al cerro Fitz Rory

    Trekking al cerro Fitz Rory

  • Sendero Lago Viedma

    Sendero Lago Viedma

El Chaltén fue creado en 1985 como estrategia geopolítica que permitió resolver los conflictos con Chile en el Lago del Desierto. Desde que el regimiento militar que funcionaba allí invitó a la población civil a poblarlo, el lugar no ha parado de crecer.

Primero, los habitantes llegaban en sus casas rodantes, venidos no sólo de la Patagonia, sino también de otros puntos del país que poco tienen que ver con el clima que aquí tiene sobrada influencia en su gente.

Una vez que la comisión que se había formado daba un terreno, su beneficiario comenzaba a construir un lugar y rubro que le permitiese vivir todo el año o bien hacer la temporada de verano, la que va de noviembre hasta principios de mayo.

Hoy, El Chaltén arrojó en su último censo una población estable cercana a los mil habitantes, la cual se multiplica por varios miles durante la temporada de verano, cuando recibe visitantes de todo el planeta.

Lugar soñado por montañistas de todo el mundo, El Chaltén ha sido declarado capital nacional del trekking. Más allá del título con que se lo ha bautizado, lo cierto es que en El Chaltén sobran los motivos para caminar, porque los lugares y senderos para conocer terminan en paisajes tan agrestes como mágicos.

Si se mira un mapa desde arriba, el pueblo se recuesta sobre el lago Viedma y está bordeado por el Río de las Vueltas, cuyo cauce serpenteante le da un aspecto mágico a sus orillas.

Asentado sobre una antigua cuenca glaciaria, El Chaltén está rodeado de cañadones precordilleranos y vigilado por el glaciar Viedma y las agujas graníticas de los cerros Torre y Fitz Roy.

Entre los senderos que se bifurcan desde el pueblo, hay algunos que resultan imperdibles: la Laguna de los Tres en la base del cerro Fitz Roy, el trekking sobre el glaciar Torre y, para los aventureros más entrenados, la travesía de siete a diez días por los campos de hielo continental.

Pero si existe un lugar que con los años se ha convertido en un referente de esta pequeña población, es La Cervecería. En ella, todos los días del año y sobre todo en las tardes soleadas del verano puede verse a decenas de caminantes dando gracias a Dios y brindando por tanta naturaleza y montaña con un chop de cerveza bien helado.

Artesanal, obviamente, esta cervecería ha logrado ser parte indisoluble de esta pequeña ciudad. Deja una huella de hermandad que se transmite ni bien se abren sus puertas, al igual que cuando se llega a esta hermoso pueblo al que los antepasados bautizaron como “montaña que humea”, en honor al majestuosos cerro Fitz Roy o Chaltén.

No por nada bautizada como Capital Nacional del Trekking, desde El Chaltén innumerables senderos que nacen desde el pueblo dejan tentar a los caminantes hacia destinos verdaderamente paradisíacos.

En la entrada al pueblo aparece un sendero que se va bifurcando y permite llegar a distintos miradores. Entre estos aparecen el mirador de los Cóndores (a 1 kilómetro de la ciudad), el mirador de las Aguilas (a 2 kilómetros de la ciudad), la loma del Pliegue Tumbado (a 12 kilómetros de la ciudad) y la inigualable laguna Toro, a la que se llega luego de transitar 15 kilómetros, lo que equivale a casi 7 horas de dura caminata.

Camino previo para llegar al hermoso glaciar Torre, aparece la famosa laguna Torre, que es el final de otro de los senderos que nacen en Chaltén, justo detrás del hermoso hotel Los Cerros. Esta caminata demanda casi 3 horas, justificadas minuto a minuto por las maravillas de la naturaleza que se aprecian.

Al final del pueblo, una pequeña casa amarilla anuncia mediante un cartel los senderos que llevan hacia la base del Fitz Roy, muchos de los cuales permiten mostrar al visitante otros lugares emblemáticos como son laguna Capri, la laguna Madre e hija, o los campamentos Poicenot o Río Blanco, cuya belleza se manifiesta de manera inmediata a los caminantes.

El salto del Chorrillo, que se aprecia antes o después de visitar el famoso Lago del Desierto es otro punto de interés que se encuentra a tan solo 4 kilómetros de Chaltén y que permite tras una trepada de apenas 15 minutos apreciar un salto de agua fresca hermoso por donde se lo mire, al que además de caminando se puede llegar alquilando algunas de las bicicletas que se ofrecen en el pueblo.

Senderos más, senderos menos, Chaltén tiene todo para que el visitante encuentre su camino en el mundo, aunque sea por un par de horas.

Autor Pablo Etchevers Fotografo Jorge González