La historia de Papelitos, la Comparsa del Club Juventud Unida, cuenta que durante la década del 70, un grupo de chicos que jugaba en las calles de
Gualeguaychú a la hora de la siesta decidieron formar por su cuenta una murguita infantil, y que avisándose unos a otros, sumaron alrededor de 40 entusiastas que hacían sonar "a ritmo" las latas de dulce de batata que utilizaban como tambores.
Al ver este espectáculo, las madres María Rosa Arakaki y Mirta Larrivey decidieron apoyar a sus hijos inscribiéndolos en "El Carnaval de la Alegría", un corso barrial organizado por el Club Juventud Unida.
La música quedó a cargo de Don Marcelino Amarillo, padre de uno de los niños, quien aportó un bombo y algunos redoblantes pero, como eran insuficientes, sumó latas de dulce atravesadas con alambres a modo de vibradores, creando lo que en el ambiente del carnaval se conoce como "redoblantes falsos".
La vestimenta en ese entonces tenía un límite presupuestario. Las madres tuvieron que darse maña con lo poco que tenían y fue así que se les ocurrió la idea de agregar a los vaqueros recortados tiras de papel crepé fucsias y azules a modo de flecos.
Mirta Larrivey, al verlos con sus atuendos, exclamó: -¡Pero si ustedes son unos "Papelitos"! Y así, el barrio comenzó a sentirse representado por "la Comparsita", la que era conocida como "Papelitos del Oeste", en honor al enorme cariño y apoyo que había cosechado en ese rinconcito de la ciudad. Esta pequeña comparsa ganó "El Carnaval de la Alegría", provocando festejos en todo el oeste de Gualeguaychú.
Comenzó así un camino sin retorno, y el ascenso para convertirse en una de las comparsas más importantes de Gualeguaychú y sus Carnavales. Papelitos es hoy una de las más queridas y apasionadas del famoso Carnaval del País.