La solitaria dama

Hay quienes la llaman "la ciudad de las palomas" por ser este el símbolo universal de la paz. Por su ubicación geográfica, algunos la conocen como "la de más arriba, la última ciudad antes de llegar a Corrientes". Y, según los registros de los historiadores, su nombre se debe simplemente a "la paz" que generaba el arroyo Cabayú Cuatía cuando desembocaba al bravo río Paraná, lo cual permitía desembarcar en la costa tranquilamente.


Mucha paz, pero también alegría

La Paz tiene un poco de todo eso, pero también mucho más. Es uno de los lugares más bellos del litoral argentino. Su extensa gama de recursos naturales resultan ideales para descansar en familia o para realizar todo tipo de actividades, desde las culturales e históricas hasta aquéllas en que sólo interviene la naturaleza, como la pesca o la navegación por sus islas.

La plaza principal de la ciudad ha sido bautizada 25 de Mayo y es considerada, como en todas las ciudades del interior del país, el centro de reuniones y actividades más relevante que posee la ciudad. En ella se llevan a cabo festejos y homenajes que reúnen a toda la población, como así también a los turistas que la visitan. Los grandes triatlones, recitales o anuncios oficiales la tienen como protagonista.

Pero como plaza tiene una particularidad. Todos los días, el placero (quien la cuida) se encarga de cambiar, literalmente, el día del año. Sólo hay que dar “la vuelta al perro” (como se le llama en el interior a dar la vuelta a la plaza) en bicicleta, caminando o en auto para enterarnos de qué día es hoy.

Completan la vuelta a la plaza la municipalidad local, el café de la esquina, la iglesia, el banco provincial, el cuartel de policía y el de bomberos, lugares que se repiten como en casi todos los pueblos del interior.

El casino de la ciudad de noche se encarga de atraer a sus asiduos visitantes que lo visitan en pos de suerte y mucho azar.


De museos y malecones

El Museo Regional es otro de los atractivos que pueden recorrerse durante la estadía. Se encuentra ubicado en el parque Berón de Astrada, en medio de un entorno de barrancas y arboledas desde las cuales se puede divisar el ancho río Paraná. El museo comenzó sus actividades el 23 de septiembre de 1972 y actualmente cuenta con 11 salas, donde es posible hallar el patrimonio histórico de toda la región mesopotámica.

Allí pueden verse artesanías, restos de cerámica indígena, habitaciones ambientadas al estilo de fines de siglo XIX y principios del XX y carruajes antiguos expuestos en las inmensas galerías y patios externos que posee esta vieja casa colonial de principios del siglo XX.

La Casa del Artesano es otro de los atractivos de la ciudad; ayuda a la promoción de las distintas labores populares que atraen a los turistas. Se encuentra también dentro del parque Berón de Astrada y, además de comprar alguna artesanía, en él es posible tomar clases de hilado y de tejido con artesanos locales.

El Museo Municipal de Bellas Artes es otro de los sitios que el visitante no puede dejar de conocer. En su interior se exhiben periódicamente distintas manifestaciones artísticas, tanto de artistas locales como de creadores de toda la región. En la Casa de la Cultura, que funciona dentro de este mismo edificio, se llevan a cabo cursos de distintas expresiones artísticas, lo que convoca no sólo a los más jóvenes, sino también a los más grandes.


Siempre con vista al río

La costanera es uno de los lugares más pintorescos que posee la ciudad. Caminarla a través de su circuito peatonal es una de las formas más interesantes que plantea la ciudad para encontrarse con el río.

El balneario municipal, el viejo faro y el Complejo Terrazas ofrecen uno de los sitios más acogedores para tomar sol, leer, bañarse o divertirse en las blancas arenas junto al río.

No importa cuál sea la temporada del año, lo cierto es que La Paz, al igual que el slogan de la provincia de Entre Ríos, posee todos los verdes necesarios para que el turista se sienta a gusto. Y para que vuelva, como lo hace todos los años.