Espeleología: descenso a la Caverna de las Brujas

Realizamos turismo espeleológico en una de las cuevas más grandes de Argentina. Entre mitos y leyendas, disfrutamos de las extrañas formaciones que presenta el lugar.

Una nueva aventura comenzó con el sol de la mañana malargüina. En esta ocasión, visitamos uno de los sitios ineludibles de los alrededores de Malargüe: la Caverna de las Brujas.

La ruta 40 fue la encargada, una vez más, de conducir nuestro destino. Partimos con dirección Sur y, tras recorrer 75 kilómetros, dimos con la entrada a la caverna, declarada Reserva Provincial Natural en el año 1990 con el objetivo de proteger y regular las actividades turísticas que se desarrollan en su interior.

Muchas son las historias que se entretejieron alrededor de esta reconocida cueva que hoy atrae a turistas de todo el mundo para realizar un entretenido paseo espeleológico.
Cuenta la leyenda que los nativos pehuenches solían usar la primera de sus salas para realizar sus rituales y danzas. Encendían grandes fuegos y sus sombras sobre las paredes resultaban fantasmagóricas, como si se tratara de brujas.

  • Entre mitos y leyendas

    Entre mitos y leyendas

  • Turistas de todo el mundo

    Turistas de todo el mundo

  • Rocas calcáreas de origen marino

    Rocas calcáreas de origen marino

  • Una experiencia fascinante

    Una experiencia fascinante

  • Un lugar impregnado de magia, leyendas y belleza

    Un lugar impregnado de magia, leyendas y belleza

Otra versión es que dos mujeres que habían sido cautivadas por una tribu o por tratantes de blancas que quisieron llevarlas a Chile lograron escapar a tiempo de sus captores y se refugiaron en el interior de la caverna. Tenían los pies lastimados y sus lamentos se escuchaban desde el interior, lo cual generó un terrible temor en los contrabandistas que solían usar el sitio para descansar. Estos dieron aviso sobre extraños episodios a los lugareños y comentaron que en el interior de la cueva había brujas.

Lo cierto es que al visitar la caverna se puede observar las más diversas formas rocosas de notable interés. Vale la pena destacar que esta oscura y tenebrosa cueva es una de las más grandes del país con sus 5.000 metros de galerías – muchas inexploradas.

Luego de registrarnos con el guardaparque, comenzamos a subir hasta la entrada de la caverna, que se encuentra en el cerro Moncol, a 1.800 m.s.n.m. El guía que nos acompañaba nos brindó cascos de seguridad y linternas frontales antes de penetrar en la cueva.

Sin dudarlo comenzamos a caminar por sus pasillos oscuros y húmedos. La primera sala que encontramos es una gran bóveda llamada Sala de la Virgen, por una estalagmita que posee la forma de la madre de Jesús. El sitio que visitamos está compuesto por rocas calcáreas de origen marino, correspondientes al período Jurásico, que conforman un extraordinario escenario que no dejaba de asombrarnos.

Continuamos la marcha con las linternas encendidas para pasar a la Sala del Libro. El guía nos fue mostrando los diferentes espeleotemas que presenta la caverna, entre ellos las estalactitas (con forma de aguja que cuelga de los techos), las estalagmitas (similares a las primeras pero que se forman desde los pisos), las columnas (que son la unión de las estalactitas con las estalagmitas) y los velos, que tienen forma de cortinados de roca.

Adelante y en cuclillas pasamos por la sala La Gatera y luego por la Sala del Chancho. Para ese entonces, no dejaban de sorprendernos las variadas formas y colores. La composición principal de la caverna está dada por la calcita (carbonato de calcio), aunque también logramos observar formaciones con yeso y otras con ópalo (mineral de sílice).

Nuestro guía nos condujo por la sala llamada Boca del Tiburón y luego por la Sala de los Corales, donde las paredes están tapizadas por múltiples colores.
“La formación de la caverna ha sido explicada como producto de la circulación de corrientes de aguas subterráneas. Durante el levantamiento de la cordillera en el período Terciario, toda la región se vio modificada, la roca caliza quedó casi en forma vertical y sumamente fisurada”, explicó el guía.

Al parecer, luego del último período glacial se produjo una gran infiltración de agua que favoreció la ampliación de los pasadizos y la formación de todos los espeleotemas que conforman la caverna.
La próxima sala a visitar fue la de Los Suspiros, que, como su nombre lo indica, se adueñó de nuestras espiraciones al observar un gran velo sobre uno de los laterales de la cueva.

Finalmente, llegamos a la Sala del Encuentro, donde todos los participantes descansamos antes de emprender el regreso. Permanecimos unos instantes con las luces apagadas y nos regocijamos al sentir el más absoluto silencio.

La sensación de transitar por la enorme cueva es muy difícil de transmitir. Jugar con las linternas, quedar en la oscuridad absoluta y observar aquellas formaciones geológicas formadas hace millones de años fue una experiencia fascinante en un lugar impregnado de magia, leyendas y belleza.

Autor Marcelo Sola Fotografo Marcelo Sola

Contacto de la excursión o paseo


Karen Travel

Av. San Martín 54, Malargüe, Mendoza, Agentina

Teléfono Teléfono: +54 260-4472226

Tipo de tourTipo de tour: Espeleología
DificultadDificultad: medio/alto
DuraciónDuración: El recorrido tiene una duración aproximada de 1:30 hs. La totalidad de la excursión demanda un mínimo de 6 horas, entre ida y vuelta a la ciudad.
HorarioHorario: Es necesario solicitar un turno en la Dirección de Turismo de Malargüe con por lo menos 24 hs. de anticipación. No asistir sin el turno otorgado, pues no lo dejarán ingresar al predio.
Cómo llegarCómo llegar: Hay que tomar la ruta 40 con dirección Sur. Al llegar a la localidad de Bardas Blancas, un cartel indicador señala dónde doblar para llegar hasta la Reserva Natural.

Ubicación


Que hacer en Malargüe

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