Existe un lugar en Santa Rosa de Calamuchita donde es posible ponerse en contacto con todos los aromas y esencias imaginables. Ese lugar se llama De la Meca y es un pecado no conocerlo.
Habíamos escuchado hablar sobre este lugar y apenas estuvimos en la bella ciudad preguntamos a los vecinos dónde se encontraba este paraíso, este tesoro al alcance de todos.
Meca comenzó hace años una historia fascinante con la naturaleza y sus aromas, con un conocimiento exhaustivo no solo de olores, esencias y aromas, sino también de las propiedades curativas de muchos productos que forman parte de estas sierras y que hemos oído nombrar en reiteradas oportunidades.
Personaje querido si los hay en esta pequeña pero hermosa ciudad, Meca empezó su labor en el año 1993, cuando construyó su primer alambique para la destilación de plantas aromáticas tras un proyecto concebido primariamente para la destilaciones de resinas de pinos que fueran cultivados en la región.
Con el aporte de técnicos de la Universidad de Río Cuarto y los conocimientos propios de los integrantes de su familia, el proyecto fue tomando color y se transformó en una empresa familiar dedicada a las esencias naturales.
Lentamente, distintas esencias naturales comenzaron a obtenerse mediante procesos artesanales libres de aditivos y procesos químicos, lo que obviamente despertó un interés y una dedicación mayor en el tema.
Así fueron naciendo esencias, aceites, cremas y perfumes. Y la mayoría son realizados con materias primas naturales obtenidas en las sierras como el espinillo, la lavanda, la peperina y muchas otras más, que recogen directamente los mismos miembros de la familia de Meca.
Lo que más llama la atención al turista es que este emprendimiento familiar ha logrado convertirse en un verdadero atractivo turístico de la ciudad de Santa Rosa de Calamuchita.
Esto se debe en gran parte a que cada uno de los procesos que conforman la producción puede ser observado mediante una visita guiada por los visitantes.
Desde el momento en que se agrupan las materias primas para su cocción hasta cuando comienza a destilarse el aceite, para luego ser sometido a distintos procesos hasta llegar finalmente al producto terminado y listo para ser utilizado.
Entre las esencias que más captan la atención del visitante aparecen algunas como la canela, el eucaliptus, la citronella, la menta, la manzanilla, el pino, la melissa, la vainilla, la lavanda, el espinillo y la peperina, que obviamente no podía faltar entre las preferidas por los visitantes.
Además de las antes descriptas, la lista se vuelve interminable e invita a quien tenga ganas de viajar entre aromas y olores a pegarse una vuelta por lo de Meca.
Un lugar de esos que luego de conocerce se torna imborrable….