Como sucede en otros lados con la famosa “vuelta al perro”, en Santa Rosa la costanera tiene lo suyo y darle la vuelta resulta algo maravilloso en cualquier época del año. Ya se ha convertido en un clásico.
Si Córdoba tiene algo que seguramente le gustaría tener al resto de las provincias del país, son sus ríos.
Y si hay uno que represente de manera perfecta lo que es un río cordobés, ese es el río Santa Rosa, que atraviesa la ciudad desde su nacimiento hasta que se pierde en el horizonte.
En verano, el río se llena de vida con la llegada de miles de turistas que copan sus costas y orillas, y recibe también la presencia de sus habitantes estables, en su mayoría jóvenes, que disfrutan de sus aguas durante todo el día.
Sobre el río Santa Rosa aparece casi una decena de balnearios destacados, cada uno con distintos atractivos para convocar.
Piedras Rosadas, Santa Rita y Ruphay son tres balnearios ideales para la familia y para descansar. Por encontrarse un tanto alejados del casco urbano, la posibilidad de disfrutar del agua y estar en contacto lo menos posible con ruidos molestos es una realidad. “Aquí solamente cantan los pájaros”, dicen los que saben y no se equivocan.
Al ingresar a la ciudad por la Av. José María Gómez o por la que se conoce como Dr. Dell Acqua, nos topamos con el vado Viena, que inmediatamente deja ver al visitante un lugar de ensueño: el balneario La Choza.
Ya en el centro de la ciudad, a ambas márgenes del río el camino permite ir observando otros balnearios, donde la cantidad de gente que los frecuenta es mayor. En general es la juventud la que se apropia de estos sectores ideales para pasar todo el día.
Equipados con parrillas, fogones, lugares de acampe y sobre todo con playas para acercarce al agua, entre estos balnearios aparecen El Puente Colgante, El Remanso, El Puchuquí y la famosa Playa Soleada.
Por la geografía que tiene el río Santa Rosa en este sector, Playa Soleada es uno de los preferidos por las mujeres para broncearse y en consecuencia se transforma en uno de los más visitados durante la temporada estival.
Bailes, música y diversas actividades al aire libre son parte del repertorio de los muchos paradores que año tras año le aportan su ritmo a estos sectores del río.
Este singular atractivo no solo lo disfrutan los locales, sino que también de otras ciudades cercanas llegan jóvenes para pasar el día, acampar y seguir incluso la diversión en alguno de los boliches nocturnos, bares y pubs que Santa Rosa tiene esperando para cuando el reloj marca más de las 12.
En las afueras del pueblo, siguiendo el curso del río como quien se dirige a Río Tercero, Villa María o Río Cuarto, aparece uno de los balnearios más tranquilos de la ciudad, al que han bautizado como La Rinconada. Por su poca concurrencia de público, puede llegar a sorprender al pescador con la captura de alguna importante trucha.
El vado La Rinconada nos permite cruzar de lado a lado y volver a empezar a recorrer balnearios, como para darle la vuelta a este particular circuito que muestra todos los rincones del río y cada uno de sus secretos.
Típico río cordobés, no hay absolutamente nada que le falte a esta bella ciudad llamada Santa Rosa del Valle de Calamuchita.