La propia comunidad de Villa La Angostura ha puesto su esfuerzo para preservar las huellas del pasado que formó este lugar. El Museo Histórico Regional abre sus puertas a todos.
En una hermosa construcción en la que, después supimos, funcionó la primera usina del pueblo, encontramos el Museo Histórico Regional de Villa La Angostura. El edificio se encuentra a pocos metros de la capilla de la Villa, junto a Bahía Mansa, en el Bv. Nahuel Huapi 2177.
Una característica fundamental de este museo es que, tesoro del pasado de la comunidad, se fue construyendo a partir del esfuerzo y las donaciones de la comunidad misma. Las familias Capraro, Matías, Colletti, Diem, Avila, Monsalve, Martinez, Martín, Muhlenpfordt y otras fueron quienes donaron la mayor parte del material del museo.
El recorrido comienza, por supuesto, con los habitantes originarios de la región. Diferentes elementos históricos marcan su presencia en la zona, a la vez que nos permiten acercarnos a sus costumbres y la cultura en la que vivían.
Una pieza particularmente interesante es la canoa monoxila (esculpida en un solo tronco) que se exhibe en el museo. Esta canoa es un ejemplo de cómo se trasladaban los primeros habitantes por el lago. Este ejemplar fue avistado por el Sr. Rodríguez y rescatado por un buzo de Bariloche, el Sr. Antonio Margaride, del canal que separa la isla Menéndez de la costa del lago.
Siguiendo el paso del tiempo, encontramos documentos históricos referentes a la segunda etapa de la Campaña del Desierto. Esta estuvo a cargo del general C. Villegas, quien entabló negociaciones con el cacique Inacayal cuando la nación mapuche aún se extendía desde Neuquén hasta Santa Cruz.
Otros documentos reflejan los comienzos de los nuevos asentamientos en la región, que se dieron más adelante. En particular pudimos apreciar los testimonios de la actividad de Parques Nacionales en la región y la creación de la primera Comisión de Fomento de Villa La Angostura, ya en 1945.
Un machete que era utilizado, según supimos en el museo, para hacer tejuelas de ciprés y una máquina de aserradero ofrecen testimonio del trabajo con madera que caracterizó desde sus comienzos este asentamiento que hoy conocemos como Villa La Angostura.