Hay quienes recuerdan a Villa Traful tal como era en sus inicios y dicen que hoy está tan linda como siempre, ya que cuenta con innovaciones constantes que la hacen más amigable aún. Su costanera asfaltada y la bicisenda que la acompaña le han dado una nueva vida al sector costero.
Temporada tras temporada este pueblo que mira al lago Traful sorprende con obras que embellecen su entorno. La nueva senda y el centro de interpretación rodeados de jardines son los nuevos miradores con que cuenta la localidad. La función de este último es albergar la oficina de turismo pero también que puedan concretarse exposiciones, convenciones y eventos a lo largo de todo el año.
Visitamos Traful en un tiempo cálido, propicio para las caminatas. El paredón de piedra contiguo a la costanera nos invitó a hacer un alto, sentarnos y tomar contacto visual con esa gran masa de agua tan atractiva. Todo estaba a la vista. La amplitud del cielo, los cerros ubicados en la otra orilla y la actividad incesante de lanchas, veleros y practicantes de kitesurf con sus paños coloridos desplegados al viento; todo agregó placer, sin mover un dedo.