Apasionante como pocos. Pasional hasta el punto en que “por una cabeza” muchos lo han perdido todo y muy pocos son los que se recuerde lo ganaron.
Quince rincones gastronómicos en el barrio de Palermo ofrecen a sus clientes la posibilidad de cenar con la compañía de muy buen jazz en vivo.
Nos dejamos llevar por el fanatismo y el barrio de la Boca nos introdujo en el Museo de la Pasión Boquense, dentro del estadio de Boca Juniors. Un lugar histórico.
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