Concordia, Entre Ríos
Fundada bajo el nombre de San Antonio de Padua de la Concordia, la ciudad está enclavada al nordeste de la provincia de Entre Ríos, en el extremo norte de la Lomada Grande, que actúa como divisoria de aguas y en la vera del Río Uruguay, sobre el límite con el vecino país.
Ideal para disfrutar en invierno, Concordia posee un complejo de termas con aguas que surgen de los 1170 metros de profundidad, a 46º C con un alto contenido mineral, que hacen que sea el sitio ideal para quienes desean escapar de las grandes metrópolis, encontrando el recreo y la tranquilidad que brinda la naturaleza pródiga.
A 15 minutos del centro de la ciudad el visitante puede acceder al Balneario Vertiente de la Concordia, disfrutar de un predio de 25 has rodeado de tupidas arboledas e ingresar a la zona de playa para pasar gratos momentos familiares desde su ribera.
Otro sitio de interés turístico es el Parque Rivadavia, en cuyo interior se encuentran las ruinas del Castillo de San Carlos, erigido en 1888, además de obras escultóricas de notable envergadura. Todo esto se puede conocer a través de las visitas guiadas que allí se realizan. Por los alrededores de Concordia se suele realizar avistaje de aves, donde se logra ver diversas especies: loros (catitas), cardenal común, pirinchos, jilgueros, patos, gallaretas y cigüeñas entre los más abundantes.
Carpintería, para debutar en parapente
Es uno de los sitios destacados de las sierras de San Luis, y gracias a la proyección turística que supo ver hace algunas décadas, hoy se ha convertido en un destino protagonista de la provincia puntana.
Ubicada en las Sierras de los Comechingones (nombre de los pueblos originarios que habitaron el lugar) en lo que se conoce como el Valle del Conlara, Carpintería forma parte de una de las geografías más hermosas que tiene la provincia.
Pequeña pero pujante, rústica pero vanguardista, esta pequeña urbe es un destino apacible y aventurero a la vez, logrando que gracias a estas contradicciones sea elegida tanto por quien esté de paso como por quienes optan por quedarse en alguna de sus cabañas, hosterías o complejos turísticos.
Los parapentes y aladeltas surcan sus cielos, mientras que en tierra firme, cabalgatas, trekkings, caminatas, bicicletas y hasta salidas de pesca, han logrado cautivar a cientos de jóvenes que año a año la eligen para disfrutar de sus vacaciones.
A los atractivos turísticos antes mencionados se suman sus balnearios en los ríos que la rodean y los campings agrestes que convocan durante cada verano a miles de visitantes llegados de los pueblos vecinos y de todas partes del país.
Balneario Oriente/Marisol, provincia de Buenos Aires
El mar, siempre se vuelve al mar. El Balneario Marisol surge como una nueva localización turística ante la lenta desaparición bajo las dunas de la villa veraniega Oriente. Está ubicado en la costa atlántica argentina y forma parte del partido de Coronel Dorrego. Gracias a sus características naturales, el mar abierto y de fuerte oleaje, su infraestructura urbana ha ido creciendo año tras año.
La costa del río Quequén Salado llega hasta la playa y constituye uno de los límites del pueblo. En su desembocadura unifica sus aguas dulces con las saladas creando un hábitat propicio para una pesca variada. Por lo tanto, la obtención de ejemplares de buen tamaño tanto de río como marítimos es uno de los mayores alicientes para los pescadores; hay que saber cuáles son las temporadas propicias y cuáles son los elementos con que se logran las mejores piezas.
En temporada de verano, Marisol está activa durante el día, cuando los baños de mar y de sol, como su nombre indica, ganan adeptos. También permite paseos hacia el interior bonaerense por llanuras y barrancas de gran belleza y misterio. La cascada Mulpunleufú, la Cueva del Tigre y el Puente Viejo son algunos de los destinos tradicionales.
Además de alojamiento, camping en un bosque muy acogedor y lugares donde ir a comer, la villa cuenta con los servicios indispensables para una estadía tranquila. No existe vida nocturna y para concurrir a una disco o un pub los más jóvenes optan por llegar hasta la ciudad de Oriente, a escasos veintidós kilómetros de la costa.
Marisol atrae a turistas tanto de las cercanías como aquellos que un día conocieron la zona y no la abandonaron más. Amaneceres y atardeceres en una misma playa donde cada día nace y muere el sol dan lugar a caminatas, contemplación y sensibilidad ante lo que se ofrece por gracia natural.
Sin dudas hay muchos más lugares que no tienen nada que ver entre sí. pero vale la pena conocerlos.
Hay que salir a la ruta e ir a buscarlos, de eso se tratan los viajes