Distintas cepas, diferentes presentaciones pero todas con el perfume de las viñas salteñas y con la excelente atención cafayateña en un tour de bodegas céntricas por este atractivo lugar de Salta.
Todo está cerca en Cafayate. Hay varias opciones saliendo hacia la provincia de Tucumán y hacia la ciudad de Salta. También se pueden visitar las que están en pleno centro y degustar sus mejores varietales mientras perfeccionamos nuestro conocimiento de la elaboración de buenos vinos.
Como parte de la Ruta del Vino, decidimos visitar tres bodegas cercanas a la plaza principal: Bodegas Nanni, Bodegas El Tránsito y Bodegas Domingo Hermanos.
Orgánicos 100%
Al comienzo de nuestro tour de vinos, una enorme bordalesa en el frente de la Bodega Nanni nos invitó a ingresar a su establecimiento. Una vez dentro, se destaca un gran patio interior con edificación de tipo colonial con galerías. Pasamos a la sala de degustación con una excelente ornamentación de madera y allí fuimos conociendo sus etiquetas mientras esperábamos el inicio de la visita guiada.
Algunas láminas y documentos certifican que la bodega se inició en 1897 y que lleva más de 100 años en manos de la familia fundadora y cuatro generaciones produciendo excelentes vinos. Sus viñedos están a 10 kilómetros del centro de la ciudad y a 2.000 metros sobre el nivel del mar.
Mucho sol, vientos que evitan que haya insectos en las plantaciones y muy pocas precipitaciones son algunas de las características con las que se logran vinos orgánicos de altura. Hoy, el 100 % de su producción es certificada como orgánica y sus variedades son el torrontés, malbec, cabernet sauvignon y tannat.
Invitados por la guía, ingresamos a la bodega y conocimos algunos aspectos de la vendimia, que se realiza entre febrero y marzo. Las uvas son recibidas en la planta de elaboración y pasan por la maquina despalilladora y moledora, con lo que se obtiene un primer jugo. Este pasa a piletones de fermentación impermeabilizados, donde, según sea de uvas blancas o tintas, tienen un proceso distinto, pero ambos muy naturales y sin aditivos.
El siguiente paso es la prensa y una segunda fermentación que baja los niveles de acidez. Los enólogos deciden en esta etapa qué vinos continuarán su proceso como jóvenes y cuáles serán vinos de guarda. Los primeros se embotellan y esperan ser comercializados. Los segundos van a barricas de roble francés a baja temperatura ambiente durante un tiempo. Luego se embotellan y vuelven a quedar guardados un tiempo para estabilizar los sabores logrados. Todo el proceso combina métodos naturales con tecnología moderna.
Los vinos obtenidos son llamados orgánicos ya que, a través de un uso racional del suelo, evitando químicos, sin humedad que produzca hongos y sin agroquímicos, producen un alimento sano para el hombre y para el medio ambiente. Nanni es considerada bodega boutique. El 60 % de la producción queda en la provincia y el resto se exporta.
Joven pero con tradición
Nuestra siguiente visita es a la Bodega El Tránsito: con una historia familiar que se remonta a la llegada de Pietro Marini desde Italia a fines del siglo XIX, varias de sus etiquetas hacen honor a los miembros de la familia que hicieron de esta bodega algo imborrable. Su vino reserva Pedro Moisés, con sus mejores uvas tintas, recuerda a quien siguiera los pasos de su padre don Pietro y perpetúa la tradición familiar.
Como en la anterior, también recorrimos el establecimiento, pero este nos permitió conocer el lenguaje de los amantes del buen vino. Hablar de bouquet, cuerpo o vivacidad; percibir un vino desde la vista, desde el aroma y posteriormente apreciar su cuerpo. Cada variedad permite una amplia gama de sensaciones.
Durante la degustación, sin apuros, pusimos nuestros sentidos a favor de una mejor apreciación de las cualidades del vino ofrecido. Desde la copa elegida, la temperatura a la cual se bebe cada uno de ellos y en qué circunstancias, nos brindaron pautas esenciales para el buen tomar.
Tres viñedos, cuatro cepas, dos premios
Un poco más alejada de la plaza principal, la Bodega Domingo Hermanos recibe en su establecimiento a los visitantes deseosos de probar sus especialidades. Con una excelente atención y mientras degustábamos sus especialidades de uva torrontés y cabernet, supimos que cuentan con viñedos en Tolombón, Yacochuya y Las Flechas.
Como bodega joven y familiar, sus comienzos de vino a granel en damajuanas aún hoy perduran y sus vinos regionales son ampliamente reconocidos. En los últimos años han producido un vino de alta gama que muestran con orgullo. El Palo Domingo es un malbec 100 % producido con uvas de su viña de Yacochuya, en terrazas, y ya sabe de premios en el ámbito especializado.
Sus varietales se adecuan a un mercado cada vez más exigente. Quedó pendiente una visita a sus viñedos que, por lo escuchado, ofrecen la posibilidad de recorridos y de apreciar los diferentes tipos de uva que producen de acuerdo al suelo donde están enclavados.
Volviendo hacia el hotel, sentimos que nuestro tour de bodegas había sido satisfactorio, ya que cada una nos dejó una sensación diferente. A pesar de que las tres son cafayateñas, tienen un producto diferenciado para ofrecer, en todos los casos de excelencia.