Cada año los hombres del campo renuevan el espíritu tradicionalista con una fiesta que resalta la filosofía de vida del gaucho y sus costumbres arraigadas.
El Centro Tradicionalista Huiliches organiza los festejos y actividades de la Fiesta Nacional del Puestero en Junín de los Andes. En sus instalaciones todo es alegría, diversión y muestra acabada de las habilidades de quienes a diario trabajan en el ámbito campestre.
Si bien la programación es variada, lo más esperado son las jineteadas a cargo de montadores de la región y aun de más lejos. Previamente, hay pruebas de monta de capones, tirada de riendas, vuelta al palo, juego de cañas y elección de los mejores aperos a cargo de niños, jóvenes, mujeres y gauchos mayores. En ellas quedan demostradas las aptitudes necesarias para llevar a cabo las rutinas del área rural.
El campo de jineteada pasa a ser el escenario de las más esperadas destrezas entre el jinete y el potro, en las que el orgullo personal del primero cobra especial espacio. En sus categorías de grupa surera, clina limpia o bastos con encimera, se suman los desafíos y ocupan dos de las cuatro jornadas de la celebración.
En unos pocos segundos, el montador pelea mano a mano con el animal, muestra sus condiciones y obtiene puntuación si logra quedar encima de su lomo luego de los corcoveos habituales. El público aplaude con entusiasmo cada actuación y, en especial, la de sus favoritos.
Como parte de la festividad, la cantina y el restaurante ofrecen especialidades a la parrilla, desde un rico choripán hasta asado con cuero. Los puestos de venta de indumentaria y calzado reúnen a quienes quieren llevarse un lazo, unas buenas botas camperas o un sombrero típico sureño.
Familias enteras llegadas desde lejos muestran su mejor indumentaria para alentar a los suyos. Por su parte los payadores, con sus rimas improvisadas, ofrecen su pícaro repertorio musical para entretenimiento de los presentes.
Desde 1987 este encuentro popular figura en el calendario con el que se difunden las tradiciones nacionales, la cultura autóctona y el esfuerzo cotidiano del hombre de campo; está abierta a todo el público.