Arenas volcánicas del Curruhué

Enclavado en un área poco visitada, el lago Curruhué está rodeado por altos bosques de especies autóctonas que se reflejan en sus aguas y le brindan frescura y un color verde intenso.

El Parque Nacional Lanín se destaca por sus grandes dimensiones y por la diversidad de su naturaleza. El área del lago Curruhué reúne varios espejos de agua, una abundante vegetación y termas naturales en un entorno de gran belleza.

Salimos con nuestro automóvil por la ruta de asfalto hacia San Martín de los Andes con unos folletos de Parques Nacionales que nos irían guiando por la zona sin perder nuestra orientación ni lo más representativo para recorrer. Un camino zigzagueante nos llevó hasta el lago Curruhué Chico, un pequeño espejo de agua con bastantes juncos donde unos patos navegaban sin tener en cuenta nuestra presencia. Allí se pesca con mosca pero no está permitida la navegación a motor y existe un camping agreste muy agradable.

Transitamos por el sector Curruhué, palabra mapuche que significa “lugar oscuro”. En el pasado este fue un lugar de gran actividad volcánica. Un mirador panorámico permite observar el paisaje en toda su plenitud y apreciar el silencio casi absoluto.

  • Rodeado por altos bosques de especies autóctonas

    Rodeado por altos bosques de especies autóctonas

  • Arenas volcánicas

    Arenas volcánicas

  • El lago Curruhué Grande

    El lago Curruhué Grande

  • Laguna Verde

    Laguna Verde

  • Unas playas distintas

    Unas playas distintas

  • El Escorial

    El Escorial

  • Por los caminos volcánicos

    Por los caminos volcánicos

Siguiendo el camino, encontramos un interesante bosque de araucarias, especie apreciada por los pobladores mapuches por su fruto, el piñón, que forma parte de su alimentación. Una corta caminata permite transitar por un sendero interno de ese bosque de coníferas centenarias hasta la margen norte del lago Curruhué Grande y regresar a la ruta.

Seguimos adelante y disminuimos aun más la velocidad para apreciar cada recodo. Bordeamos el lago Curruhué Grande, que parecía agrandarse mientras avanzábamos. Llegando al otro extremo, encontramos un camping agreste con una amplia y muy tranquila playa donde improvisamos el primer picnic de la jornada. Una arboleda nos protegió del fuerte sol de los veranos patagónicos.

De allí parten varias buenas caminatas o se sigue por el mismo camino hacia la Laguna Verde, el Escorial y las termas de Lahuen-Có.


Por los caminos volcánicos

Nos sorprendió una pequeña laguna, la del Toro, que parecía esconderse detrás de la vegetación cada vez más densa. Unos metros más adelante, encontramos la maravilla volcánica que esperábamos conocer: el Escorial, un extraño lugar donde las rocas negras porosas se desparraman con formas caprichosas formando un corredor.

Se trata de un río de lava petrificado que nace de los faldeos del volcán Ayen Niyeu y se sumerge en el lago Epulafquen. Un sendero interpretativo permite caminar entre esa formación negruzca y entender lo que sucedió allí hace muchos años.

Seguimos las recomendaciones del folleto y llegamos a la cascada Carilafquen luego de un corto trekking por una senda muy frondosa. Al llegar a ella nos refrescamos con ese agua helada que bajaba por grandes roca hacia el lago e hicimos un alto para descansar y respirar el oxígeno del entorno natural.

El mismo camino lleva al paso fronterizo Carirriñe. Nos faltó tiempo para conocer las termas naturales a cielo abierto que existen en ese paraje. Los colores del cielo con sus reflejos dorados anunciaban el fin de la tarde y el último tramo del parque nacional Lanín en ese sector.

Autor Mónica Pons Fotografo Eduardo Epifanio

Cómo llegarCómo llegar: Tomar la ruta nacional 234 hacia San Martín de los Andes y a los 4 kilómetros doblar hacia la derecha por la ruta provincial 62, que es un camino de tierra señalizado.
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