Recorrido histórico en Junín de los Andes

La localidad se encuentra al suroeste de la provincia de Neuquén, sobre el río Chimehuín, y visitarla implica conocer diferentes sitios de interés social y cultural.

Nos dispusimos a disfrutar de la ciudad y rápidamente nos dimos cuenta de que recorrer Junín de los Andes es una clara invitación a los sentidos, es abrir los ojos para ver las calles centenarias, escuchar el canto de las aves y oler el aroma de las araucarias, sauces y alamedas.

Claro que también vivimos una emoción muy grande cuando vimos la figura permanente del volcán Lanín, con sus 3.776 metros de altura y su cumbre nevada durante todo el año.

Según cuenta la historia, Junín de los Andes se fundó en 1883 como un fortín de avanzada de la denominada Conquista del Desierto. Poco a poco fue convirtiéndose en un pueblo fronterizo con la clásica plaza central, solares y chacras distribuidas entre amplias calles trazadas en forma de damero.

Comenzamos nuestro recorrido en las oficinas de la Dirección de Turismo local, ubicadas sobre la plaza principal, con lentes de sol en mano y un plano de la localidad.

  • La figura permanente del volcán Lanín

    La figura permanente del volcán Lanín

  • Su tradicional fiesta

    Su tradicional fiesta

  • Postal frecuente de los pueblos del sur

    Postal frecuente de los pueblos del sur

  • La pesca, una de sus grandes atracciones

    La pesca, una de sus grandes atracciones

  • Santuario Nuestra Señora de las Nieves

    Santuario Nuestra Señora de las Nieves

El primer destino fue un edificio donde funcionó el primer correo de la ciudad en el año 1900. Casi inmediatamente visitamos la plaza San Martín, un predio maravilloso rodeado de araucarias y pehuenes que fueron plantados por el padre Ginés Ponte.

El trazado de la plaza fue realizado por el coronel Brondsted en 1897, quien la denominó Bartolomé Mitre pero a falta de un busto del prócer y gracias a la existencia de uno del libertador San Martín, decidió cambiarle el nombre. Se inauguró oficialmente el 17 de agosto del año 1950.

Frente a la plaza visitamos la primera iglesia parroquial, que fue construida en el año 1893 a base de cañas, barro, paja, la fe y la voluntad de los pobladores y el jefe del Regimiento de Infantería de Montaña 26. Según nos comentaron, la primera misa se realizó el 15 de agosto de 1897. En 1902, a causa de las malas condiciones edilicias, el edificio fue clausurado y en 1925 se derrumbó definitivamente.

También llegamos al Museo Moisés Roca Jalil, la casa de quien fuera uno de los primeros comerciantes del pueblo. Moisés convirtió el almacén de ramos generales original La Flor del Día en un presente histórico de valor incalculable. Allí se conservan más de cuatrocientas piezas de tejido mapuche, armas, aperos, antigüedades, instrumentos musicales, restos arqueológicos y testimonios de la Conquista del Desierto. Allí “duerme” toda la historia del pueblo.

En la esquina del museo, sin cruzar la calle, visitamos un restaurante devenido en un clásico de la gastronomía local, el Ruca Hueney. En ese mismo lugar funcionó el Hotel Lanín, uno de los primeros establecimientos de la ciudad, propiedad de José Julián.

Uno de los sitios más interesantes del recorrido fue el Colegio María Auxiliadora, que fue construido a principios del siglo XX por las primeras hermanas que llegaron de Chile con la intención de crear un colegio para las niñas indígenas.

Lo interesante y triste de este colegio se centra en las historia de una alumna llamada Laura Vicuña. La niña, junto a su madre y hermana, llegó de Chile y se instaló con ellas en la estancia Quilquihue. La madre trabajó como ama de llaves y las dos niñas ingresaron al establecimiento como pupilas. Laura descubrió un día que su madre vivía en concubinato con el dueño de la estancia y, como era considerado pecado, decidió ofrendar su vida para redimirla y murió a los 13 años de edad, el 22 de enero de 1904, luego de padecer una larga enfermedad.

Un poco apenados por esta triste historia, seguimos camino hacia el santuario Nuestra Señora de las Nieves y Laura Vicuña, donde está ubicada la piedra basal de la actual parroquia. Allí descansan los restos del padre Domingo Milanesio, que fue el primer salesiano en evangelizar la zona. Al ingreso se encuentra también una urna artesanal que resguarda una vértebra de Laura Vicuña.

Frente al santuario hicimos nuestra siguiente parada: el edificio municipal y la Plaza del Centenario. Allí permanecen los restos del Sgto. mayor Miguel Vidal, fundador del puesto de avanzada que originó la población.

También visitamos el Museo Mapuche, que exhibe elementos arqueológicos y paleontológicos extraídos en toda la provincia, artesanías y elementos musicales. La Hostería Chimehuín es otro de los atractivos. Se construyó en 1947 y siempre se caracterizó por la amable atención y la cocina de sus dueños.

Finalmente, llegamos al punto cúlmine de nuestro recorrido. Se trata de un rincón paradisíaco que funciona como balneario y lugar de recreación. Allí nos sentamos para relajarnos, descansar y disfrutar uno de los paisajes más maravillosos y tranquilos de Junín de los Andes.

Autor Pablo Etchevers Fotografo Eduardo Epifanio

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