Un castillo en las sierras

Ensayar en una sala de música, montar una obra de teatro, aprender a nadar, a jugar al ajedrez, a bailar o a preparar un almuerzo bajo las directivas de un chef profesional son algunas de las actividades que las familias pueden desarrollar en El Castillo, el primer hotel argentino que ofrece experiencias de aprendizaje a cargo de profesionales de cada disciplina.

Durante las vacaciones de verano, invierno y Semana Santa, el hotel abre el encanto de sus suites de estilo medieval a las familias y se adapta a sus necesidades: se convierte por momentos en una academia de tango, en una sesión conjunta de batería, en un estudio de fotografía o un campeonato de tenis.

El resto del año, Fábrega Organizational Center es un prestigioso centro de aprendizaje para profesionales y ejecutivos de distintas áreas que funciona en las mismas instalaciones de El Castillo. Mientras se hospedan en habitaciones con ambientación de época en un castillo con patios internos y miradores hacia las sierras, los corporativos aprenden a mejorar sus capacidades personales y sus roles para el trabajo grupal.

Estas experiencias de aprendizaje para corporativos y turistas se dictan con la comodidad y los servicios de un hotel exclusivo en Valle Hermoso, a una hora de la capital de Córdoba.

El Castillo no es igual a nada de lo que existe. No es un resort y tampoco es Disneylandia: “En un resort uno hace como que aprende a bailar o como que aprende pintura. Nosotros trabajamos con profesionales prestigiosos de cada disciplina, profesores de literatura, artistas plásticos, verdaderos bailarines y chefs. Es cierto que en pocos días no se puede desarrollar una habilidad, pero sí descubrir una pasión”, dice Fabián Fábrega, uno de sus directores.

El Castillo es un caso de análisis empresarial único a nivel mundial y a mediados de 2008 catedráticos de la Universidad Rensselaer (Nueva York) y de la prestigiosa escuela francesa de negocios Insead viajaron para conocerlo y escribir un paper académico que se propone explicar varias curiosidades: cómo una familia, los Fábrega, logró liderar con éxito un proyecto vanguardista a nivel mundial, cómo pudieron comenzar su proyecto en la peor crisis económica de la Argentina (en 2001), cómo aprovecharon las capacidades intelectuales de cada uno para armar el grupo de trabajo y cómo hicieron para levantar de las ruinas un castillo que había estado varias veces abandonado.

El Castillo es una magnífica construcción inspirada en el medioevo. Sus 7.000 metros cuadrados cubiertos y las cuatro hectáreas de parque que lo rodean tienen cualidades estéticas muy particulares que remiten a las antiguas fortalezas y lucen muy bien en el paisaje serrano.

El servicio es all inclusive y durante toda la estadía se puede disfrutar del open bar de bebidas sin alcohol. Los chefs del castillo preparan deliciosos menúes de inspiración regional pero con toques gourmet; para acompañar se puede elegir entre alguna de las exclusivas etiquetas que atesora la cava del hotel.

Hay kinder para los más chicos, spa para relajarse, una piscina climatizada y otra semi olímpica exterior, bowling, gimnasio, sala de música, de arte y de yoga, cancha de tenis, de fútbol, juegos infantiles al aire libre, sala de lectura, de reuniones, computadoras con acceso a Internet a disposición de los huéspedes, home theatre y todas las comodidades para pasar unas vacaciones dignas de la nobleza.