Nuevas y tradicionales; las bodegas de Maipú

Los López, un clásico bien argentino

No existe argentino amante del buen vino que alguna vez no haya compartido con amigos “un López”. Esta bodega mendocina, ubicada en el centro de la ciudad de Maipú, se ha convertido a lo largo de generaciones en un verdadero clásico de las mesas del país.

Su historia es un caso excepcional dentro de la industria vitivinícola argentina, ya que comenzó en el año 1898 y hasta hoy continúa en manos de la misma familia fundadora. Su fundador, José López Rivas, llegó en 1886 desde el pueblito de Algarrobo en Málaga, España, donde cultivaba junto a su familia viñas y olivos. Una devastadora plaga los hizo abandonar Europa para instalarse en Argentina y en 1898 se arraigó definitivamente en Mendoza. El peso de la tradición vitivinícola no tardó en aflorar.

Hoy, las visitas guiadas dejan ver parte de este origen y, por supuesto, el esfuerzo y el mérito de las generaciones que continuaron con esta tradición de hacer cada vez mejores vinos.


Bodegas Trapiche, otro nombre bien conocido

Los inicios de esta hoy gran bodega se dieron en 1883 por el empresario mendocino Tiburcio Benegas. Trapiche forma parte también de la lista de bodegas mendocinas con mayor trayectoria, que se han convertido en un clásico de la ciudad de Maipú y sus alrededores.

Se trata de una de las pocas bodegas locales que posee familiares directos de sus socios fundadores en su dirección actual, lo cual se cuenta al público durante las visitas guiadas que se realizan todos los días del año a cada hora.

La historia de Trapiche se remonta a un pequeño viñedo llamado El Trapiche, que comenzó en la localidad de Godoy Cruz, provincia de Mendoza, y desde donde empezaron a escribirse las primeras páginas de esta fascinante historia vitivinícola.


Bodega La Rural o el origen del famoso Rutini

Es una de las bodegas más elegidas por los visitantes para recorrer y conocer su historia. Más cuando se es amante del vino.

Esta bodega fue fundada a fines del siglo XIX en el departamento de Maipú, Mendoza, inaugurada por el italiano Felipe Rutini, quien ya poseía una tradición vitivinícola por haber fabricado y comercializado vinos caseros en su ciudad natal de Ascoli Piceno.

Apenas llegado a la Argentina, Rutini comenzó sus primeras plantaciones de viñedos en la localidad de Coquimbito, al este de la provincia de Mendoza, en las afueras de Maipú. A finales de 1885, inició la construcción de una bodega, a la que llamó La Rural. En 1919 murió y, con el consentimiento de la viuda de Rutini, Angel Cavagnaro (su socio en vida) acordó la disolución de la sociedad. La empresa quedó a cargo de los descendientes de Rutini, quienes se dedicaron a continuar con la tradición familiar.


Vinos orgánicos, las novedades de Familia Cecchin

Para muchos es un claro ejemplo de las nuevas bodegas mendocinas, que además de continuar con la tradición familiar de elaborar vinos han abierto las puertas al turismo a través de nuevas formas como un atractivo turístico en sí mismas, tanto para ser destino de alguno de los tours en bicicleta como para almorzar bajo la sombra de su viejo níspero de más de 100 años.

En 1910 Santiago Cecchin emigró de Treviso, Italia, y llega a Mendoza para empezar a forjar su futuro. En estas tierras tuvo siete hijos, que comenzaron a labrar la tierra. En el año 1927, Santiago dejó a estos jóvenes la tarea de seguir con la tradición y las enseñanzas inculcadas. En 1959 dos de sus hijos, don Pedro y don Jorge Cecchin, realizaron el sueño de poseer sus viñedos y bodega propios. Hoy, esta tradición sigue en manos de Alberto Cecchin, sobrino nieto de don Jorge.


Finca Viña María, catar y dormir en una bodega

Parte también de la Ruta del Vino, esta pequeña bodega es ideal para visitar en familia y conocer a través de una visita guiada los secretos de cómo se elaboran los vinos boutique, esos que no se realizan en cantidad y que logran ser especiales.

En la finca también pueden conocerse los cultivos de vid y de oliva. Además, el lugar cuenta con un bed and breakfast ideal para pasar la noche y disfrutar de esta bodega.

Desde 1889 la familia Cavagnaro forma parte de la vitivinicultura de Mendoza, con la llegada de don Ángel Cavagnaro a Coquimbito, Maipú, desde su Génova natal. Ángel Cavagnaro plantó sus primeros viñedos en Coquimbito y construyó su casa allí. Hoy, parte de esa casa puede ser disfrutada por los huéspedes, junto a la visita de una cava centenaria.