Una obra de catorce toneladas de bronce que rinde homenaje al Ejército de los Andes por su exitosa campaña libertadora. Un monumento que no hay que dejar de visitar.
Este paseo probablemente sea uno de los más tradicionales de la capital mendocina. Para llegar al Cerro de la Gloria, donde se encuentra el monumento de la patria al Ejército de los Andes, hay que ingresar al Parque San Martín – el pulmón verde más importante y bello de la ciudad cuyana – y prestar atención a los carteles indicadores, que señalan el lugar donde se erige la obra.
A medida que se avanza por el parque, se logran apreciar distintas fuentes de agua de delicada manufactura con diferentes tamaños y formas, enmarcadas por una exuberante vegetación. La ruta comienza a ganar altura y pronto se transita por el zigzagueante camino que lleva al cerro.
Se pasa frente al teatro griego, donde año tras año se efectúa la Fiesta de la Vendimia y cerca de 23.000 personas sentadas disfrutan de espectáculos musicales de primer nivel. Un poco más atrás, se encuentra el estadio de fútbol donde Argentina jugó uno de los partidos en el Mundial ´78.
Llegando a la cima, se encuentra el estacionamiento para dejar los autos. Desde lejos se observa la fantástica obra de 14 toneladas de bronce, que el escultor uruguayo Juan Manuel Ferrari utilizó para realizar el famoso monumento que rinde homenaje a aquellas personas que liberaron a la Argentina, Chile y Perú.
Ferrari comenzó armando la torre trunca, luego se pusieron los frisos de los laterales y finalmente se subió la magnifica e imponente parte superior del monumento utilizando un sistema de roldanas y sogas. Las piedras fueron todas traídas de la alta montaña mendocina, más precisamente, de la zona de Uspallata.
Cabe destacar que el escultor uruguayo no dejó ningún detalle al azar a la hora de confeccionar cada una de las imágenes que conforman el monumento del Cerro de la Gloria. También el momento de su inauguración, un 12 de febrero a las 16:00 hs., fue significativo; en esa fecha se conmemora la batalla de Chacabuco, uno de los enfrentamientos más importantes por los que debió pasar el Ejército de los Andes, y a las 16:00 fue la hora en que partió el ejército en su campaña libertadora desde El Plumerillo.
En la piedra central se lee: “La Patria al Ejército de los Andes”. Más arriba se encuentra la figura del general don José Francisco de San Martín cruzado de brazos y mirando hacia la estancia Canota; observa como sus dos tropas van avanzando hacia las altas montañas mendocinas. San Martín se encuentra con una mirada pensativa y muy tranquila, arriba de un caballo criollo con las cuatro patas sobre la tierra, lo cual significa que el prócer murió en su vejez.
Hacia el lado izquierdo se ven las figuras de seis granaderos, que representan la partida del Ejército de los Andes y los seis pasos que utilizó San Martín para cruzar a Chile: paso de los Patos, de Uspallata, de Portillo, del Planchón, de la Iguana, del Norte y el paso del Mata Caballo.
Para un mejor entendimiento de la obra se recomienda girar de izquierda a derecha. Se ven imágenes de gente criolla y de negros mulatos que acompañan a fray Luis Beltrán, quien explicaba cómo hacer las cureñas que iban a trasportar los cañones.
El hombre que está de brazos cruzados denota que todo se hizo con la fuerza del hombre, por lo cual se muestra su musculatura, mientras que el que se está secando el sudor de la frente alude a que todo se hizo con el sudor del hombre.
Luego se logra apreciar la imagen de las patricias mendocinas, que están donando las joyas para el Ejército de los Andes con sus rostros un tanto de mal humor.
En el friso de arriba están nombrados todos los jefes más importantes de la campaña. Del otro lado se aprecian imágenes de mujeres que lloran por la despedida de sus hijos o maridos, y de otras que daban comida para abastecer al ejército.
En la parte superior, se ve la imagen de la Libertad, que gracias a la Patria y al Ejército de los Andes pudo volar más alto que el cóndor.
Estos son algunos de los aspectos que el artista quiso destacar en la obra monumental. Seguramente haya otros más aún por descubrir o interpretar. Recomendamos visitar el Cerro de la Gloria y jugar a encontrar otros significados. Además, desde allí se puede observar una magnífica vista panorámica de la ciudad.