En este predio se puede realizar un intrépido “vuelo” entre los árboles utilizando un péndulo de más de 20 m de largo, hamacarse sobre una laguna –donde, si no se presta atención, se puede culminar totalmente empapado–, o sentir la velocidad suspendidos desde el aire utilizando una práctica tirolesa que atraviesa el corazón mismo de la selva.
Los más pequeños siempre se encuentran asistidos por un equipo de profesionales que los ayudan a cruzar los puentes colgantes, subir a la casita del árbol o realizar las caminatas educativas en pleno contacto con la naturaleza.
“Estar suspendidos en el aire, tomados de la tirolesa de más de 150 m de largo es una experiencia alucinante, ya que te hace fluir toneladas de adrenalina por las venas” –relata la dueña de Monte Aventura, haciendo referencia al juego preferido por la mayoría.
En Monte Aventura se pueden festejar cumpleaños o fiestas de distinta índole social, ya que cuenta con un servicio de bar a gusto del consumidor.