El sueño se hizo realidad. Un grupo de isleños del Delta se junta todos los fines de semana del año para hacer teatro popular y divertirse. Apadrinado por Norman Briski, el grupo de Teatro Popular Arroyo Felicaria es uno de los nuevos atractivos que posee el Delta, un lugar que no deja de sorprender.
En el Felicaria Football Club nos reunimos con los vecinos de la Asociación de Fomento del Arroyo Felicaria para inaugurar el taller de teatro con el que tantas veces habíamos soñado.
“El 26 de abril de 2009 comenzó la magia”, podríamos decir para empezar a contar esta historia.
Junto a uno de nuestros ilustres vecinos, el Sr. Norman Briski, formamos parte de una experiencia inigualable llamada teatro popular, que consiste en que un grupo de no actores (en este caso, habitantes de las islas del Delta) comenzáramos a jugar a ser actores.
Reunidos todos en ronda, nuestro director dio comienzo al taller, con el que lentamente y casi sin darnos cuenta fuimos entregándonos a la soltura, el gusto por expresar, el coraje de decir y hacer con o sin timidez, la risa y el gusto de compartir. Imitamos cantos de pájaros, nos subimos a las sillas, intentamos representar, fuimos perros, soltamos las manos.
Empezamos con esto de ser teatro y la experiencia logró que todos los presentes, y muchos que luego comenzaron a formar parte del taller que hoy tomó a los días sábados como fecha de encuentro, se formara el Grupo de Teatro Popular Arroyo Felicaria.
Norman Briski escribió una obra que tituló El ojo del río y que cuenta los inicios del Delta de Tigre hasta nuestros días, pasando por personajes diversos que sintetizan lo que fue, es y será nuestro Delta querido.
Andrés Bailot, ayudante y director del conocido actor, es quien desde el surgimiento de la obra se está ocupando de dirigirnos, de montar la puesta en escena y coordinar todo lo necesario para llevar a cabo este sueño.
Desde entonces, la obra ha ganado color y profesionalidad y ha logrado que un grupo de personas se encuentren motivadas por una noble causa que es hacer teatro y mostrarlo en las diversas escuelas del Delta, en los clubes sociales de la zona y también en la Capital Federal para mostrar cómo se vive, cómo se siente y cuáles son los sueños en las islas, estos entramados de tierras y arroyos a no más de una hora de Buenos Aires.
Queremos mostrar lo que hacemos y sobre todo invitarlos a que El ojo del río llegue a cada uno de los corazones que tengan la suerte de verla en escena.