Pareciera insólito que los veraneantes pasen el día en la playa y, al irse, dejen un reguero de suciedad y botellas como si la arena fuera a tragarse esos desperdicios.
En la costa atlántica, un operativo para tomar conciencia de la importancia de la limpieza en las playas está dando sus frutos. Valeria del Mar no es ajena a ello y sigue las consignas internacionales de la fundación Surfrider.
En la primera mañana que concurrimos a la arena, notamos un cuidado especial y lo atribuimos a la acción de los empleados de los paradores. Luego nos dimos cuenta de que existían carteles que invitaban a mejorar las condiciones de los balnearios y, como consecuencia, el aseo del sector cercano al mar.
Grande fue nuestra sorpresa al ver a un grupo de padres con sus niños pequeños recorriendo lentamente la playa y juntando cada tapita de gaseosa, cada envase de cerveza abollada en una bolsa para tal fin.
Sentimos orgullo por ese accionar comunitario pero, al mismo tiempo, nos preguntamos por qué es necesario llevarlo a cabo. La respuesta es muy simple: porque hay quienes ensucian y creen que “alguien” levantará lo que ellos tiren.
Es sabido que la mayoría de los elementos que se abandonan en la playa no degradan espontáneamente. Lleva años para que un pucho de cigarrillos, una bolsa de plástico o una lata de aluminio desaparezcan. Basura que no se recoge va a parar al mar y el océano también sufre su deterioro.
En cuanto a los perros, en el área urbana no está permitido que nuestra mascota visite el mar y haga de las suyas. Si lo llevamos, que sea lejos de los veraneantes y haciéndonos cargo de sus deposiciones.
Tirados en nuestras reposeras y con la vista fija en el horizonte mientras el sol nos tostaba, dedicamos unos minutos a charlar en familia sobre este fenómeno playero. Como todas las acciones de este tipo, se necesita de todos nosotros para preservar la calidad del agua y entorno de las playas.
En el mundo ya está instaurado este operativo para cuidar de ríos, montañas y mares no solo durante el verano sino durante todo el año. Aportemos cada uno lo que corresponda para que tirarse sobre la arena sea un placer.