Es uno de los destinos preferidos por las familias que visitan la Costa Atlántica en busca de tranquilidad, mar y mucha arena. Los chicos son felices y los grandes también. Gracias, Valeria…
Valeria del Mar limita al norte con Ostende y al sur con Cariló. Todas estas localidades pertenecen al partido de Pinamar, a tan solo 361 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires.
Con perfume de mujer
Su nombre de mujer fue puesto en honor a Valeria Guerrero, quién fuera la antigua dueña de estas tierras. Sus calles de arena, a las que se suman algunas principales pavimentadas o mejoradas, hacen de este balneario un sitio ideal para disfrutarlo en familia todo el año, especialmente en verano, cuando el mar invita con sus olas a una zambullida en sus aguas frescas.
Valeria es un balneario tranquilo, donde la forestación prevalece y rodea los comercios en los que el turista encuentra todo lo que está buscando. Algunos
pubs, cafés y restaurantes, junto a contados paseos comerciales, le aportan los servicios necesarios para que no sea obligatorio ir a Cariló o
Pinamar a buscar cosas.
Aunque ha crecido mucho (y eso lo dicen los primeros vecinos pobladores), Valeria sigue conservando el encanto de sus primeros años de vida. Algunos establecimientos de antaño continúan brindando al visitante “la pesca del día”, las mejores pastas de la ciudad y por ende una cola interminable.
También muchos esperan “el diario recién llegado de la ciudad” para leer e informarse en la playa sobre lo que está pasando en Capital.
Valeria posee unas playas increíbles donde todavía es posible apreciar la llegada de las almejas ni bien amanece (está prohibido llevarlas) y de los pescadores que madrugan en busca de algunas de las corvinas rubias que se acercan a la Costa todos los días.
Cerca están Cariló y Ostende
Para llegar a Cariló hay que caminar hacia el sur. La caminata vale el esfuerzo. Aviva la vista con mansiones increíbles, un balneario frente al mar llamado Hemingway donde es posible almorzar y un golf perdido en el bosque que invita a tomar un café mirando la tranquilidad teñida de verde.
Para llegar a Ostende por el contrario hay que caminar con sentido norte. A escasas cuadras del centro comercial de Valeria del Mar, distintos carteles nos van indicando que ya estamos en Ostende.
La Elenita, la casa de veraneo del ex presidente Arturo Frondizi, junto a la vieja rambla de los primeros fundadores y el Viejo Hotel Ostende (hoy reciclado a nuevo y de un lujo inimaginable) son algunos de los imperdibles que se disfrutan durante una caminata.
Así es Valeria, para algunos la mimada de la Costa. Una ciudad pequeña que no tiene mucho pero que basta con conocerla para quedar completamente enamorados de su simpleza y de sus pequeñas cosas irrepetibles en otros balnearios de la Costa Atlántica.