City tour por la ciudad de Ostende

Pegada a Pinamar, esta localidad nació del sueño de los belgas Robette y Polín, quienes le compraron las tierras a la familia Guerrero para construir una ciudad gemela a la de sus memorias en la costa de Bélgica.

Llegamos hasta esta pequeña localidad que está pegada a Pinamar con la idea de descubrir cuáles son los puntos de contacto que tuvo la historia de su fundación con la historia de la familia Guerrero, y en particular de Felicitas, aquella historia de amor y muertes que dio lugar a uno de los sucesos más trágicos de la aristocracia argentina y que fuera llevada a la pantalla grande.

La familia Guerrero era una de las tantas familias de clase media que había en la Argentina hacia fines del siglo XIX, pero Felicitas tenía un as en la manga. Dicen las crónicas de la época que era una de las mujeres más atractivas de aquellos años, si no la más atractiva. Esto le alcanzó para casarse con don Martín de Álzaga, uno de los hombres más ricos de la patria de aquel fin de siglo.
Pero Martín era un hombre mayor y el matrimonio no duró demasiado: Felicitas Guerrero heredó todo. Rica y hermosa, era el mejor partido que podía encontrarse por aquellos años. Enrique Ocampo y un tal Saenz Valiente, estanciero, se disputaron su amor. Todo terminó mal. Enrique Ocampo asesinó a Felicitas y luego se pegó dos tiros. Los padres de Felicitas Guerrero heredaron la fortuna. Cuando murieron, años más tarde, los siete hermanos de la asesinada tomaron posesión de todas las tierras.

  • Monumento histórico

    Monumento histórico

  • Bajando al mar

    Bajando al mar

  • Estación Villa España

    Estación Villa España

  • Recorridos

    Recorridos

La historia se junta con la de los belgas Fernando Robette y Agustín Poli, quienes llegaron al país en 1908 con el mandato de comerciantes europeos para fundar una ciudad balnearia. Conocieron en el barco a Jean Marie Bourel, un francés que viajaba comisionado por el ejército de su país para comprar caballos. Bourel se asoció al proyecto de los belgas y abandonó su misión anterior.

Robette y Poli imaginaron en Ostende una ciudad gemela a la que ellos conocían, aquella Oostende de sus memorias en la costa de Bélgica. Le compraron estas tierras a don Manuel Guerrero, hermano de Felicitas, e inmediatamente comenzaron los trabajos, que se rigieron por un ambicioso proyecto urbanístico elaborado por los arquitectos franceses Chapeaurouge y Auguste Hughier y los ingenieros Weber y Gilardón.


Paseo por la ciudad

Sabíamos que los mayores atractivos de esta pequeña localidad balnearia son el viejo Hotel Ostende y La Elenita, una casa de verano que mandó a construir el ex presidente Frondizi.

Arrancamos nuestro recorrido en la ciudad de Pinamar. Desde la rotonda de Bunge y Libertador, yendo en dirección hacia el mar doblamos a la derecha. Esa calle zigzaguea por la costa siguiendo el asfalto hasta convertirse en Biarritz; es la señal de que estamos en Ostende.

El primer punto de interés que marcan los planos es la vieja rambla o rambla sur, en la calle Nuestras Malvinas y la playa. Fue construida en 1912 y luego quedó tapada por la arena. Se dice que en la década del ´30 funcionó aquí una pequeña confitería. Fue recuperada en 1993. Se había proyectado que se transformase en un paseo costero semejante a la actual rambla de Mar del Plata. En la parte de atrás se construyeron pequeños locales que servían de vestuario para los bañistas. Pero de todo el proyecto, solo se concretó una parte.

Volvimos al asfalto de la calle Biarritz y apenas 400 metros más adelante llegamos a la calle Estocolmo. Al llegar a la playa encontramos la Elenita: la casita que mandó a construir Frondizi.

Trescientos metros más adelante, también sobre la playa, accediendo por el parador Puerto Ostende, divisamos los palos del antiguo muelle, del cual hoy solo quedan ruinas que se pueden ver cuando baja la marea. Lo construyó la empresa Lloyd Ostende y se utilizaron pilotes de pinotea con puntas cubiertas de acero. A pesar de la fortaleza de la construcción, las frecuentes sudestadas fueron debilitando el muelle hasta que prácticamente desapareció en 1942. En el acceso al muelle, el francés Bourel había construido un pintoresco bar llamado El Viejito del Acordeón.

Siguiendo nuestra recorrida por Biarritz, en la esquina de El Cairo está el viejo Hotel Ostende. A la vuelta, hay otros dos lugares históricos. Por un lado, la casa de don Fernando Robette, una de las primeras casas que se construyeron cuando Ostende estaba naciendo como balneario. A su lado estaba la casa de descanso de los monjes Carmelitas, donde hacían sus retiros espirituales y tomaban sus descansos. La casa fue tirada abajo y hoy allí se emplaza un hotel.

A pocas cuadras de allí, sobre la calle Metz, entre Niza y Biarritz, está la casa Villa Adela. Hoy es una casa convencional, pero fue una de las propiedades tradicionales del partido. La construyó don Pílades Soldaíni en 1914. Hoy está totalmente reciclada, pero en la puerta se encuentra una foto en el estado original.

Caminando apenas 200 metros, sobre la calle Madera, entre Robette y Perú, está la iglesia enterrada. Fue construida por Domingo Repetto en 1917. En 1921 Repetto enviudó y luego de una larga enfermedad, murió en 1925. Con él, la vieja iglesia desapareció. Dicen que en el viejo Hotel Ostende hay pisos construidos con las vigas de la iglesia.

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