A un paso de las actividades de montaña, del turismo de estancias, de viñedos y de aventura, esta ciudad que tiene todo lo que se necesita para pasarla bien.
La ciudad de Tupungato se conoce como la Capital de la Nuez y los Vinos de Altura y bien merece una visita para entender por qué se denomina así esta urbe del Valle de Uco, a escasos 86 kilómetros de Mendoza capital.
Enfrentamos su plaza departamental, donde viejas casas de adobe hablan de los muchos años del pueblo. Allí, la vivienda del Dr. Ernesto Piaggi y la antigua escuela Profesor Dionisio Chaca forman parte del casco histórico. Es también el centro cívico, ya que la municipalidad, el destacamento policial y los bomberos voluntarios tienen su sede en su periferia.
Una vez en la plaza, observamos una fuente de agua y la figura del general José de San Martín, venerado por todo el pueblo mendocino y, en especial, por aquellas regiones por donde hizo su paso.
Decidimos tomar un café en una de las coquetas confiterías de la avenida principal, la Belgrano; ya ubicados en una de las mesas de la vereda, nos dedicamos a mirar el paso de la gente. Sobre esta arteria están la mayoría de los restaurantes, cafeterías y otros negocios gastronómicos y comerciales. Algunos, después de las 12 de la noche los fines de semana se convierten en lugar para tomar algo y escuchar música hasta bien tarde.
Observamos mucho movimiento vehicular y de personas y nos hizo pensar en su desarrollo económico. Nos contaron acerca de las principales características agrícola ganaderas que se han afianzado a lo largo de sus 150 años de vida. Su clima y aportes del suelo han permitido una inmejorable horticultura y plantaciones de nueces, frutales y en especial vides, que dieron origen a su industria de las conservas y la vitivinicultura.
Dos bodegas familiares han quedado en el casco céntrico de la ciudad y pueden visitarse con solo tener en cuenta sus horarios. Tanto la Nono Coletto como la Mirador de Estrellas son artesanales, tipo boutique, que suman a la producción de vinos sus degustaciones de conservas de frutas de estación, frutos secos y nueces.
El centro de la ciudad no es muy extenso y le ofrece un extra a quienes lo visitan: los alojamientos y servicios turísticos rurales están a solo cinco minutos del área urbana. No hace falta caminar demasiado desde los barrios periféricos, residenciales, con familias del lugar, cabañas y apart hotels de alquiler turístico.
Al consultar acerca de las bodegas ubicadas sobre el Cordón del Plata, supimos que no están abiertas a visitas en forma directa y que se manejan con reserva y/o a través de tours de vinos desde Mendoza capital.
Su vida cultural incluye las fiestas tradicionales departamentales como la de la Vendimia y la del aniversario de la fundación. Dos momentos del año en que nadie se queda en su casa y todos “tiran la casa por la ventana”.
Tupungato nos impresionó como una ciudad progresista, con mucha construcción nueva pero que aún conserva sus casas bajas, su vida apacible y el gusto por recibir a los que llegan para conocerla.