Descubriendo Carlos Paz sobre ruedas

A poco de andar en el micro panorámico, nos dimos cuenta de que caminando no hubiéramos podido abarcar la extensa villa veraniega en tan pocos minutos. Contamos además con un guía y eso significó un valor agregado que permitirió que llamáramos cada cosa por su nombre.

“Una vueltita por el centro”, nos prometió el chofer, “y luego les hago conocer cómo vivimos en este pueblo serrano de excepción”. Como buen cordobés, no faltó el humor en sus dichos, explicaciones, referencias y hasta algunas picardías.

Al pasar por el Palacio Municipal, supimos que ese edificio forma parte de la historia de Villa Carlos Paz ya que fue antes el hotel Carena, famoso por haber albergado personalidades de la política argentina y de la alta sociedad.

La primera parada fue en la plazoleta que alberga el reloj Cu-cú, para conocer de cerca ese símbolo de la ciudad y esperar el momento en que el pájaro se muestra por la puerta superior mientras suena un gong. Escuchamos algunos detalles de su historia y el magnetismo que tiene para los turistas.

El centro viejo fue apareciendo de a poco mientras avanzábamos por la avenida Sarmiento, con su colorido y concurrido centro comercial, el más antiguo. Al pasar por el Puente Central, nos encontramos con el Paseo de las Farolas, sobre la avenida 9 de Julio, con pintorescos restaurantes y centro de compras.

Ya en la avenida General Paz, nos llamó la atención la iglesia Nuestra Señora del Carmen, patrona de la ciudad. Al atardecer, la calle pasa a ser peatonal y la magia de las mesas en la vereda y los artistas callejeros la transforma.

“En la década del `70, en pleno auge las avenidas General Paz y 9 de Julio concentraban la mayoría de los 27 teatros. Hoy, sólo hay 7 salas que cambiaron su estructura. Con varias salas y varias funciones cada uno de ellos, siguen siendo un atractivo especial junto con la presencia de los artistas que en ellos se presentan”, nos informó el chofer.

Mientras recibíamos información, seguíamos hacia la costanera. Fue recientemente reformada, parquizada y se han incluido actividades deportivas gratuitas. La avenida Cárcano comunica con una seguidilla de balnearios sobre el río San Antonio y conecta con la ruta que lleva a las Altas Cumbres y Mina Clavero.

La noche de la villa se asocia a la juventud y los “boliches”. La pirámide de Keops Disco, con muchos años de existencia y seis pistas bailables de distintos ritmos, o la más reciente Khalama Disco figuran en la agenda de los estudiantes por sus novedades tecnológicas. Para los grandes sucede algo similar. Todavía funciona el famoso Molino Rojo, que con más de 50 años de vida logra impactar en la vida nocturna con sus espectáculos y música de todos los tiempos.


Vista aérea

Lo que realmente nos impactó fue conocer el Complejo Aerosilla. En nuestra segunda parada, deambulamos entre los distintos entretenimientos que allí se ofrecen. La aerosilla llegó a la cima del cerro en unos pocos minutos y nos permitió abarcar en 360° el valle en el que están enclavados la ciudad y el lago, además de sentir el aire puro.

Se le suman piscina, centro comercial, acuario, caballos, cuatriciclos, etc. Un sendero muy bien señalizado finaliza en lo alto de la sierra en una cruz gigante, luego de trepar sus 2.250 metros de longitud en un trekking medio.

En época estival, en ese punto se congrega mucho público ya que cada miembro de la familia puede elegir la actividad de su gusto. Todo está reglamentado y hay que observar los horarios de funcionamiento.

Pero aún faltaba la “frutilla del postre”. Seguimos hacia las zonas residenciales: los barrios Alto, La Cuesta, Santa Rita del Lago, José Muñoz. Mientras las mejores casas, casi todas con su piscina, pasaban frente a nuestra vista, el chofer nos fue indicando cuáles pertenecían a políticos y artistas famosos, y agregaba alguna anécdota del verano.

Al llegar a la costa, diferenciamos los distintos balnearios de ambas orillas: Bahía Los Mimbres y Bahía de los Gitanos, el estadio Polideportivo Municipal, la estación de salida de las lanchas de excursión. Cada uno con sus características, con sus modas y todo con algún comentario humorístico de nuestro guía. ¡Volveríamos para verlos en detalle!

Cuando descendimos del ómnibus, sentimos que ese buen ensamble de vistas panorámicas y locución nos harían recordar facetas de esta atractiva ciudad veraniega. Crecimiento, diversión y paz son sus condiciones de anfitriona de los miles de personas que la visitan anualmente.