La Ruta de los 7 Lagos

La Ruta de los 7 Lagos es sinónimo indiscutido de la Patagonia argentina. Basta con nombrarla para imaginar un paisaje paradisíaco de lagos, bosques y senderos únicos.

Conocida como el Camino de los Siete Lagos o la Ruta de los 7 Lagos, íbamos a transitar el tramo de la Ruta Nacional 40 que une las localidades de San Martín de los Andes y Villa La Angostura.

Conocido como el principal corredor turístico de la región, es reconocido internacionalmente por su inigualable belleza paisajística y con miradores naturales panorámicos, lagos, ríos y un sin fin de atractivos que se abren a la vista de quienes estén dispuestos a descubrir.

Más que siete son ocho los lagos que se pueden observar durante el recorrido sin realizar desvío alguno por caminos laterales, transitando en forma directa entre San Martín y La Angostura.

De norte a sur el camino se inicia por el lago Lácar y continúa por el Machónico, Falkner, Villarino, Escondido, Correntoso, Espejo y el interminable Nahuel Huapi.

  • Un paisaje paradisíaco

    Un paisaje paradisíaco

  • Lago Machónico

    Lago Machónico

  • Lago Falkner

    Lago Falkner

  • Lago Nahuel Huapi

    Lago Nahuel Huapi

  • El principal corredor turístico de la región

    El principal corredor turístico de la región


Partir desde el Lácar

Partimos desde San Martín de los Andes bordeando el lago Lácar. Observamos toda su imponencia y a medida que avanzamos por un camino de curvas fuimos viendo como dejábamos atrás esta aldea de montaña.

Habiendo transitado no más de cinco kilómetros, un desvío a la derecha indicaba "Playa Catritre", un lugar con playa y un camping organizado con todos los servicios.

En el kilómetro 6 (siempre tomando como 0 San Martín) otro desvío a la derecha indica el camino a Villa Quila Quina, una villa veraniega que se constituye en uno de los mejores balnearios naturales de la región, con un especial microclima y enclavado en pleno corazón de las tierras de la comunidad mapuche Curruhuinca.

Quince kilómetros más adelante vimos a la izquierda el camino que lleva al Cerro Chapelco. Y en el kilómetro 20, el mirador del arroyo Partido, un fenómeno de la naturaleza. El arroyo se abre en dos brazos: el de la derecha se vuelca a la vertiente del océano Pacífico a través de la cuenca del lago Lácar y el de la izquierda, al Atlántico a través de la cuenca de los ríos Collón Curá, Limay y Negro.

Continuando nuestro camino, seguimos andando hasta atravesar el puente sobre el río Hermoso, donde se llega a un cruce de caminos: el de la izquierda conduce a Bariloche por el llamado Paso Córdoba, el más corto camino para llegar a esa ciudad desde San Martín, pero con un abrupto ascenso por la montaña.

Seguimos por el de la derecha, que continúa nuestra ruta de los 7 Lagos. A poco de dejar el puente sobre el río Hermoso, observamos a la derecha y entre árboles la Laguna Fría, que en invierno suele congelarse. No resulta conveniente bajar hasta su ribera, ya que es baja y anegadiza.


El Machónico, un lago increíble

Más adelante apareció nuestro segundo lago, el Machónico, con su espectacular mirador natural. Un poco más adelante, el lago Hermoso nos mostró su particular belleza y dejó boquiabiertos a todos los presentes.

Este lago no se advierte desde la ruta, ya que está ubicado cuatro kilómetros a la derecha. El marco selvático que cubre las laderas de los cerros, junto a la coloración azul profundo de sus aguas, nos permitieron comprender rápidamente el porqué de su nombre. Existe un muy buen lugar para acampar.

De regreso a la ruta principal, a cuatro kilómetros cruzamos la portada que señala el límite entre los Parques Nacionales Lanín y Nahuel Huapi, dos de las tres áreas silvestres protegidas que une este corredor. El otro Parque Nacional es Los Arrayanes, que se encuentra en la costa de Villa La Angostura.

En el kilómetros 43 conviene disminuir la velocidad y observar con detenimiento hacia la derecha y hacia abajo. Muchos, por transitar velozmente, se pierden la formidable cascada de Vuliñanco, con su salto de unos 35 metros, que cae en dos vertiginosos brazos a causa de una enorme piedra que divide las aguas.


El Falkner, el Villarino y el Escondido

Pocos kilómetros más adelante aparece el lago Falkner. En este punto conviene observar el cerro que se encuentra en la margen sur y que tiene impresionantes torres de piedra negra en su cúspide. Se trata del cerro Buque y en él anidan cóndores, por lo que es posible verlos en vuelo.

Sobre la playa del lago Falkner hay un camping agreste con área de acampe sobre la playa de arena del mismo lago, con baños, fogones, proveeduría, y se encuentra abierto de noviembre a abril.

Unido al lago Falkner se abrió ante nuestros ojos a la derecha el lago Villarino, y a la izquierda la hostería del mismo nombre. Tras dejarlo atrás se debe mantener la atención a la derecha, ya que a unos 3 kilómetros se puede divisar entre el follaje un pequeño lago de aguas verde esmeralda: el lago Escondido.

Después de cruzar el puente sobre el río Pichi Traful, se abre a la izquierda otro camino menor, por el cual accedimos tras dos kilómetros de marcha al lago Pichi Traful, con un área de acampe y una espectacular playa de arena rodeada de una exuberante vegetación. Siguiendo nuestra ruta, más adelante a la izquierda los carteles nos indicaron el acceso al lago Traful y a la hermosa Villa Traful, por la ruta provincial 65.


Llegando al Correntoso

El próximo lago que se encontraba en nuestro camino era el Correntoso, lago que volvimos a cruzar sobre el río homónimo escasos kilómetros antes de llegar a Villa La Angostura; 400 metros antes de llegar al puente sobre el arroyo Ruca Malén se ve a la derecha otro acceso que nos llevó al lago Espejo Chico, tras recorrer 2 kilómetros en medio del bosque se encuentra un camping ecológico.

De nuevo en la Ruta Nacional 40, y una vez que cruzamos el puente sobre el arroyo Ruca Malén, hicimos un alto y observamos las cristalinas aguas verdes, los troncos sumergidos y el antiguo puente por el cual pasaba anteriormente el camino y que hoy constituye parte de la historia de los siete lagos.

Tras una trepada empinada en el camino, vimos a la derecha el pequeño y tranquilo lago Bailey Willis (el noveno lago para muchos), y 3 kilómetros más adelante sobre la izquierda, vimos un sector del viejo trazado de la ruta. Para quien esté con ánimo de un pequeño trekking, es posible caminar por esta vieja ruta esquivando algunos troncos y a unos 300 metros llegar a la laguna Los Huillines.


Los miradores del lago Espejo y el gigante Nahuel Huapi

Dos kilómetros más adelante encontramos uno de los miradores del lago Espejo y un par de kilómetros más adelante a la derecha apareció un camino que asciende hacia otro brazo del Espejo.

Allí un complejo hotelero con todos los servicios al lado de una hermosa playa y un área de acampe constituyen una opción para tomar un descanso y hacer un alto en el camino.

Llegamos al kilómetro 100 de nuestro recorrido y a la ruta nacional 231, que lleva al paso internacional Cardenal Samoré, que comunica con la zona de Puyehue y con la Carretera Panamericana de Chile a la altura de la ciudad de Osorno.

Tomamos este camino al espectacular mirador del lago Espejo: una foto y el Paraíso queda registrado. Retomando la ruta, unos kilómetros más adelante se abrió ante nuestros ojos una espectacular vista del sector norte del lago Nahuel Huapi, el último lago de nuestro circuito.

Hoy se encuentra totalmente pavimentado. Y aunque el pavimento logró mejorar el trayecto y la comunicación de todas las localidades que encierra el circuito, no alteró para nada la magia del recorrido.

Se logró y el paisaje no cambió para nada. Sigue siendo el Paraíso.

Autor Pablo Etchevers Fotografo Eduardo Epifanio

Tipo de tourTipo de tour: Contemplativo
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